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14.5.11

este es un país maravilloso



Ser argentino es aventurase en un ejercicio de flagelación, al pedo.

¿Cuántos países hay?

Dicen las crónicas, la numismática, que 198.

Díganme, ¿cuántos mejores que la Argentina existen?

Piénsenlo un rato…

Yo lo mido sólo en términos de justicia social (que incluye la injusticia social que los países generaron fronteras afuera, el vivir con lo ajeno, el vivir con lo nuestro), discúlpenme, soy peronista.

¿Vieron?, no muchos.

Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Francia, Noruega, Suecia, Austria, Japón, a lo mejor, Australia, Canadá, países recientes, estos últimos, como nosotros.

Se acabó.

Después de eso viene La Argentina.

Pero hay gente que se queja de vivir en este país de mierda.

Me dirán que los iguales, con los que competimos, una España, un Portugal, una Italia, Israel, Uruguay, Estados Unidos, Brasil.

Somos mejores que eso.

Estamos a la altura del primer lote, lejos.

De cualquier manera lo que nombré son 18, me olvidé de uno, dos: ponele, 20.
Somos uno de los 20 mejores países de todo el mundo en el peor de los escenarios. En el mejor entre los 10. Argentina está en el G20, la evidencia.

Pero no desde la soberbia, por experiencias colectivas, por procesos políticos que anclaron hondo en la sociedad, por determinaciones culturales, por peso específico, por hechos concretos, por la realidad efectiva, esa frase total.

Productores televisivos de elite que dicen que en la Argentina se hace una de las mejores televisiones del mundo, críticos de música que tienen que reconocer que nuestro país fue, es y seguramente será faro de la mejor adaptación foránea en castellano de las movidas culturales hegemónicas del siglo XX (pero además con elaboraciones propias, nuestras: tango, chamamé, zamba, vidala, manejala), espectadores que han celebrado en cualquier parte películas, cine, nacional, a veces corrido al arte, a veces volcado a lo popular, como pocas civilizaciones lograron. ¡Dos Oscar en la meca del entretenimiento, buscate cuántos países ganaron dos Oscars a mejor película extranjera y comparalo con lo anteriormente dicho, siendo que estamos en el otro de la cartografía del mundo, rodeados por las nalgas del orto de la cartografía del mundo, lejos, australes!

Tenemos un gobierno autónomo, reservas de todo tipo, un pueblo creativo, un desarrollo social notable.

¿Qué nos falta?, dirán.

Yo respondo, porque envidio eso: ¡La alegría brasileña!

Que no sé cómo mierda se logra. Es un misterio.

Lo único que admiro de un pueblo que no sea el mío,

(y el chauvinismo me lo paso por las bolas, el chauvinismo es una palabra que no es nuestra, es foránea, francesa, métanse el chauvinismo en el orto)

es la alegría.

Escuchaba a Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología, hace poco, la semana pasada, y decía que una investigación de no sé quién había demostrado que los estándares de felicidad en un pueblo estaban dados, proporcionalmente, en torno a la calidad de vida.

Cuanto mejor calidad de vida tenía un país, mejor el pueblo se sentía, obvio, pero lo explicó científicamente, con un paper. Irrefutable.

Salvo Brasil, que generaba estándares de felicidad popular sólo comparables a una economía del primer –primer- mundo.

¡Quiero ese know how!

Nos falta clase media orgullosa de ser argentina, eso, y el mundo sería nuestro.

Y ahí sí, que la sigan chupando.

19.2.10

formosa from heaven

Política de Estado: Formosa; La Provincia Olvidada.

Tenemos que ir a Formosa y hablar con la gente.

El mejor ejemplo del modelo tiene que estar en Formosa.

Tiene que estar mejor Formosa, no la elite, esa siempre estuvo bien (y se llama Ricardo Buryaile). Con la familia, esa persona que no debe poder ni hablar, el ser timorato que, obvio, está mejor, contento, que premia con porcentajes del 80 por ciento.

Formosa y su Economía.

Formosa Patria, política interna y latinoamericana. A la vez.

Al menos, destino turístico progre.

Formosa Unasur.

16.4.09

clarín porteño



Les cuento porque no se ve un Gaumont. Obama llamó por teléfono a Lula y conversaron atentamente de muchos temas, pero centraron su intercambio en la crisis internacional y en no sé qué más. La cosa es que la enviada especial de Clarín a Trinidad & Tobago, Eleonora Gosman, re caliente por el destino que le tocó, dice que -antes que nada me pregunto ¿cómo hizo esta enviada especial para saber qué hablaron Lula con el premier yankie?- "Obama pasó olimpicamente por encima de Buenos Aires".

Tuve que escuchar el audio porque no entendía si Obama justo en ese instante estaba metiéndola directamente desde un corner, si estaba sobrevolando Buenos Aires o si, finalmente, no había hablado de Macri.

Pongo play y lo que dice es que no habían hablado de la Argentina, que para Eleonora es Buenos Aires, es decir, la periodista, dice Buenos Aires como si Obama para hablar de la Argentina tuviese que hablar de Buenos Aires.

Una verguenza de frase, y una verguenza además que los editores encima al momento de resaltar un pasaje elijan ese pasaje, además.

Además -¿quedó claro que dije 'además'?- dice otras mil sandeces, desde Trinidad & Tobago, pero lo que vine a postear es lo siguiente: amigos compatriotas, amigos mios, ¿cuándo vamos a entender de una buena vez que Brasil es mejor que nosotros? Que es más grande, que tiene más capital de trabajo, que está más industrializado, que es el interlocutor de las potencias mundiales, que tiene el noveno PBI del mundo, que tiene agua, petróleo, burguesía nacional, música popular propia y masiva, 5 mundiales, un presidente sindicalista, y, por sobre todo, 190 millones de personas.

Es muy cipayo creer que somos europa pero a su vez es muy estúpido creer que somos más que Brasil.

Este país saldra adelante después que realmente internalicemos que somos cola de Brasil en lo que tiene que ver con el mundo.

Una de las primeras políticas de Estado que tomaría es concientizar a la gente que no sólo somos latinoamericanos -y no europeos, y no sólo buenos aires- sino que somos menos que Brasil y que, por eso, nos conviene llevarnos bien y dejar de ser tan pelotudos.

3.12.08

life

Como muchos ya han comentado la revista Life digitalizó todo su archivo de fotos en Google, de Argentina no aparece mucho, pero lo que aparece, con algo de esfuerzo, es rarísimo. ¿Quiénes son estos muchachos y muchachas? Una les va a costar, imagino.

˙ɹɐzáʇɹoɔ oılnɾ ʎ oıƃuɐɟ lǝnuɐɯ uɐnɾ 'uíɾnuıɯ ɐʇɹɐɯ 'ıı ılɹɐs ɐɔoɔ 'ɐllıʌǝpoɔ oʇılqɐd 'ılɹɐs ɐɔoɔ :ɐʇsǝndsǝɹ





















4.8.08

Tittarelli not dead

Uno da vueltas
buscando el momento de dar el paso
No hay nada que no daría
por estar dentro de tu abrazo

Amar es eso
dos corazones bebiendo de un mismo vaso

Uno, Jorge Drexler

Tittarelli Malbec Label - Share on Ovi

Algún tiempo atrás investigue con éxito dispar las desavenencias de Cab Titarelli & su Sacacorchos Peronista. La experiencia historiográfica pereció antes de tomar forma definitiva –y aún perdura en algún cache de google, el inconciente de internet-. Lo que intentaba ser un homenaje al vino peronista por excelencia escondía un sentido orgullo, la empresa vitivinícola que mejor supo congeniar precio con calidad en las mesas de los asalariados y los descamisados.

Hasta la prensa internacional se hacía eco de tamaño milagro de la industria del vino, con estas palabras:

Titarelli - Share on Ovi

El orgullo nativo encumbró a la saga de varietales Tittarelli a marca argentina como lo son Aerolíneas Argentinas, YPF o Vauquita. Ya ninguno de todos estos emblemas son nuestros. Así como en el axioma yupanquiano -las penas son de nosotros; los viñedos, son ajenjos- ahora descubrimos que el capital apátrida no sólo se quedó con esta empresa henchida de patria sino que malaconsejado por un dudoso equipo de marketing de jóvenes imberbes renombran a Tittarelli con total impunidad, como quiso hacer Repsol con nuestros Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Veamos:

uno - Share on Ovi

Qué impunidad. Qué desazón. Qué tristeza infinita, porque no tiene fin.

Mientras se me ocurre alguna especie de presión viral para intentar evitar que nos roben quizás la última marca que orgullosamente nos representa como argentinos y peronistas, los dejo con una imagen que trasunta melancolía y arbitrio.

DSC01955_redimensionar - Share on Ovi

Oh, Suave, Oh, Tittarelli,

No te olvidaremos.

4.7.08

Pilar Franco

La primera vez que la vi a Pilar Rahola fue en un programa de Susana Giménez hará dos años atrás. Es una catalana muy inteligente, con una oratoria trabajada, contundente y eficaz. En esa oportunidad venía a presentar un libro que había sido un suceso en España y que pretendía emular en, en principio, la Argentina -cosa que no ocurrió porque nunca editaron el libro-. Habló de su experiencia como madre de dos hijos adoptivos, su coraje para asumir la adopción y el amor irredento a su “gordo peludo” que vendría a ser su marido, “vasco” y “cariñoso”, calificaciones que, creo recordar, escogió Pilar. Su discurso era lacrimógeno, dulce, emotivo, entrador. Me cayó bien.

Se empezó a complicar cuando la entrevista empezó a transitar caminos que excedían a la intencionalidad de su adopción, cuando empezó a mostrar su ideología, y no ideología como Susana -me viene al pelo Susana como ejemplo- que muestra su escala de valores por omisión o por inocencia o, cuando no le queda otra, con un exabrupto, por hartazgo. Pilar era ideológica hasta en la nacionalidad de los dos chicos adoptados: una nena rusa, siberiana y un nene sudamericano. Empezó a relatar con cándido horror cómo encontró a esa niña en ese país comunista, o recién ex comunista, la pena que le dio, y las ganas de darle un mundo mejor, más occidental, más confortable, a la joven desangelada por su fatal destino natal. Después la entrevista se degeneró aún más. Habló de su trabajo, era periodista. En su currículum como ítem ineludible resaltaba su trabajo afín para el Estado de Israel. La innumerable cantidad de premios que la comunidad judía ortodoxa de todos lados le había dado por defender a ultranza las políticas israelíes más condenadas por la comunidad internacional. Aun esas que atravesaron las humanas fronteras, aún las ocupadas. Aún las más de un centenar de políticas que se dan de bruces con las Naciones Unidas. Y, ergo, afín con la política internacional de los Estados Unidos. No hay que ser muy lúcido para saber dónde se cobra el cheque. Terminó cayéndome no tan bien, a pesar de que fue rápida, locuaz e ineludiblemente carismática.

Después naturalmente le perdí el rastro hasta que descubrí que consiguió un bolo en La Nación como columnista de opinión. Su eje se centraba en, citando las sutiles firmas de La Nación misma, pegarle al Gobierno, y a sus aliados latinoamericanos “de izquierda”.

Busqué el libro. Se llamaba “Carta a mi hijo adoptado” y tenía una foto de su hijo en la tapa, sudamericano él. Es decir, lucró con la adopción de su hijo -me dicen que no lucró con ese libro porque las ganancias fueron donadas a una ong, como si ella no hubiese sacado réditos de otra índole con su escritura, por ejemplo escribir de las derechas en los diarios del subdesarrollo-.

Siempre me jodió que vengan de afuera a decirnos lo que tenemos que hacer. Por más que vengan de Holanda a criticar a Menem. Leí, una, dos, tres columnas, y las dejé pasar porque sí, porque fueron hechas en un momento no tan ríspido como el que vivimos hoy. En un país soberano las personas pondrían su interés nacional por sobre las opiniones foráneas. Diría “señora, respete, este gobierno, por más que no nos guste, lo votaron mis compatriotas, usted si quiere hable de Rodríguez Zapatero o si tiene criterio de Sarkozy o Gordon Brown o la política segregacionista de la Comunidad Europea”. Pero, no, nosotros le pagamos para que Pilar escriba en nuestros diarios mal de nosotros. Somos bien cipayos; bueno, no todos; pero los que tuvieron el poder casi con exclusividad, seguro.

Hoy publica un artículo llamado Cristina Perón. Tiene frases como estas:

[El acto de Plaza de Mayo fue] peronismo puro, en el sentido mesiánico que puede contener el término.

Cristina y Néstor reinventaban el pasado, incapaces de gobernar sensatamente el presente.

[Tienen el] poder casi absoluto, democracia de bajo perfil, amordazamiento de la oposición, persecución del periodismo libre, demonización de los sectores civiles opositores, confusión entre los intereses del país y los de sus gobernantes y, en definitiva, una presidencia que está más obsesionada en vigilar al ciudadano que en garantizar sus derechos.

No comments (0 abrevalijas).

Para terminar, porque también hay otra nota en un diario norteamericano que critica la boina que se puso Cristina Fernández en Francia para marchar por la liberación de Ingrid Betancurt (Por ello la boina de la presidenta resulta antipática. No por estética del horterismo, sino por semiótica del progresismo reaccionario) voy a responderle una frase con la que cierra esta linda columna llamada Cristina Perón:

Y en lo político, la Argentina cabalga hacia un populismo de viejo cuño que, como aseguran los analistas, puede resucitar al peronismo más añejo, pero también dinamitarlo.

Quédese tranquila Pilar, que este gobierno es más conservador que el populismo de viejo cuño, que ni siquiera se levantan las voces de la derecha -como usted- por su populismo, “su melodrama”, “su progresismo reaccionario”. Se sublevan porque ni siquiera admiten que el Estado intervenga un poco en la economía después de décadas de libre mercado y concentración de la riqueza.

Esto ya alcanza para que sea mejor que todos los gobiernos anteriores de los que tenga memoria fáctica. Y los argentinos lo saber y por eso la votaron con la primera minoría como le gusta decir a los desestabilizadores.

No nos venga a decir lo que tenemos que hacer. Es mucho mejor ser Cristina Perón que ser Pilar Franco. Y si quiere ayudar, adóptese un chaqueño pobre. O no, mejor no ayude.

Me dicen que no es franquista, que Franco fue enemiga de sus ancestros, claro, porque ella es catalana; pero repite los mismos preceptos fascistas pero del otro lado. No me extrañaría que sea una activista de la secesión de Catalunya.

12.6.07

la sujeción de la subjetividad es transnacional, carajo

José Pablo Feinmann fue entrevistado por la revista Veintitrés y tomó cosas de Foucault para conceder que el poder sujeta a los sujetos, conquista sus subjetividades. El poder se apropia de tu subjetividad, advierte.

Después saca chapa de intelectual populista, como él le gusta ser llamado, y lo baja a un discurso entendible para todo público: Hay una continuidad en el pueblo argentino, el pueblo es un reverendo pelotudo.


Husmeando el blog encontré algo que escribí sobre la subjetividad hace dos años y que me sorprendí de haber posteado -como dice Fresán que dijo Hartley: «El pasado es un país extranjero. Allí hacen las cosas de otro modo»

30.5.07

téster de violencia

La consultora Economist Intelligence Unit hizo un mapita con el llamado Global Peace Index, señalando con colores cálidos los que más nivel de violencia tienen y con azules los países más pacíficos.

Como se puede apreciar la Argentina está en amarillo: su puesto en el índice global de la paz es el 52. Estados Unidos está en el puesto 96º y le tocó en suerte un naranjín violentoso.

planisferio belicoso

Sin embargo, el informe consular de Estados Unidos para los ciudadanos norteamericanos que viajen a la Argentina advierte cosas como estas:

La mayoría de los ciudadanos norteamericanos visitan la Argentina sin problemas. Sin embargo, el crimen callejero en las ciudades más grandes, especialmente en el Gran Buenos Aires y Mendoza, es un problema para residentes y visitantes por igual.

Quienes visiten Buenos y otros destinos turísticos populares deberían estar alertas a los atracadores, carteristas y estafadores en las calles, lobbies de hoteles, estaciones de trenes y colectivos, y puertos.

Los criminales emplean una variedad de ardides para distraer y victimizar a los visitantes desprevenidos, como los mostaceros, que ensucian a la víctima y un carterista se ofrece a limpiarla.

Los manifestantes bloquean calles y autopistas, y causan embotellamientos y demoras en la circulación. Usualmente no son violentos, pero a veces se reúnen frente a la embajada de los Estados Unidos o ante sucursales de locales de origen norteamericano, por lo que se recomienda usar el sentido común y evitar en esos casos las multitudes reunidas para protestar.

Los accidentes de tránsito son la primera amenaza a la vida. Los peatones y conductores (norteamericanos) deben ser cautos, pues los locales ignoran las leyes de tránsito y los vehículos viajan a menudo a velocidad excesiva.

Las huelgas, la sobreventa de pasajes y los problemas técnicos en aeropuertos, que a veces derivan en demoras o en la pérdida de conexiones.

17.10.05

lealtad














Orgullo argentino quiero expresar

con este recite que supe heredar.
Por ser quien no olvida y no ha de olvidar,
patria, bandera y sentir nacional.

No te enganches con la ficción.
Arma que esgrime el mentidor.

No es cualquier cosa tener razón.
Es dar la vida poniendo el pecho.

Yo estoy clavando mi talón
pues no soy carne para salchichas.
Sé que mucha gente linda
dirá que me saltó la ficha.

Cumpliendo un sueño de niño estoy,
cantando el nombre de Juan Perón.
Pues de mi tierra fue benefactor.
Y no seré yo quien lo olvide.

Premia la tele su crimen breve.
Y qué me importa, si llevo torta.

Yo estoy clavando mi talón
pues no soy carne para salchichas.
Sé que mucha gente linda dirá
que me saltó la ficha.

Cumpliendo un sueño de niño estoy,
cantando el nombre de Juan Perón.
Pues de mi tierra fue benefactor.
Y no seré yo quien lo olvide.

No es cualquier cosa tener razón.
Es dar la vida poniendo el pecho.

No te enganches con la ficción.
Arma que esgrime el mentidor.

Cumpliendo un sueño de niño estoy,
cantando el nombre de Juan Perón.
Pues de mi tierra fue benefactor.
Y no seré yo quien lo olvide.