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12.11.08

acerca de la realización

Pronto a desenfundar en el mingitorio más alejado de la puerta del baño, sin pensarlo un segundo, giré sobre mi tobillo izquierdo el pie noventa grados a la vez que dejaba caer de mi boca el beldent mentol turbo, sin soplar, en línea vertical, con la destreza que sólo da el entrenamiento. Estéticamente levanté del suelo el otro pie abriéndolo unos centímetros mientras giraba hacia el punto de apoyo, ligeramente corvada la espalda hacia atrás, el pie derecho aún en el aire, chicotazo. Rematé el chicle tres dedos: su inercia gravitatoria. La ya pelota minúscula describió una órbita más horizontal que otra cosa, combada mínimamente por su peso, hasta depositarse a cuatro metros de allí, en el cesto de basura, previo rebote en la pared-tablero. Mientras terminaba de acomodarse el resto del cuerpo al pie inicial, la bragueta todavía baja, el grito de gol en la boca, me miré en el espejo sin querer, con una sonrisa sincera y desencajada. Después retomé lo mío.

24.7.08

nadie dice nada de lo que pasa en la nación

Hace unos días creí descubrir, inmiscuido, un mensaje viciado de ininstitucionalidad en un anuncio de La Nación Punto Com. Pero no, los muchachos no se andan con chiquitas, y sino vean esta postal.

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Mientras tanto, Cristina suscribe un "acuerdo entre la Provincia de Entre Ríos y el Banco de la Nación Argentina para solucionar la situación de cientos de productores rurales con deudas bancarias" y esa noticia no sale en ningún lado, enamoraditos como están del culito de Massa.

Hugo Isidro, presidente de la Federación Agraria de Concordia, manifestó "emoción y agradecimiento" porque después de muchos años de gestiones "se enciende la luz para nosotros", en referencia al acuerdo que hoy se ha firmado.
Quiero decir, ¿no se estará operando que la presidenta no hace nada a propósito mientras insuflan funcionarios menores, candidatos de la oposición y dirigentes sectoriales?

28.4.08

qué ganas de no verte nunca más

Cuando se habla del mercado, del libre, y del no tanto, en realidad se habla de la libertad de empresas. En estos días vuelven a aparecer, como sombras de un ballet de hemipléjicos, los economistas de antaño, los que nos regalaron este hermoso país último, a panfletear lindamente las cosas que el Estado tiene que hacer, que en realidad irónicamente son las cosas que tiene que dejar de hacer, es decir, lo que vienen a decirnos es que el Estado debería dejar de ser un poquito menos Estado para que al fin las cosas empiecen a andar bien, porque estamos en una crisis terminal.

Y el Mercado entonces, desde esa lógica, es la falta de Estado, para ellos. Para ellos, los economistas ortodoxos, y los periodistas que son oposición porque les conviene, y los políticos que son oposición pero sin saber a qué es lo que tienen que oponerse para ser contrapoder. Para ellos, lo que deberíamos tener es más libertad de mercado, es decir, menos Estado, para que las empresas aprovechen esta situación favoravilísima que tenemos, y que estamos dejando escapar –aunque, a su vez, no dudan en pronosticar que durará 20 años, porque este que viene es el siglo de los alimentos, y sarasa-. Entonces ver un casi humorístico Miguel Ángel Broda bromear que ahora, debido a estas circunstancias, le podemos dar de comer gratis a todos los pobres y encima ganar mucho dinero me suena peligroso. No sólo me suena. ¿Pero quiénes ganarían mucho dinero? Sí, claro, las empresas, los poderes económicos concentrados, los pools, los bowlings. Y ganarían tanta tanta plata que le darían de comer a los pobres. Eso dice Broda, aunque se olvidó de especificar cómo se instrumentaría esta revolucionaria medida de mercado de darle de comer a los pobres con la renta extraordinaria de los que más tienen. Para eso, el Estado como tal debería dejar de intervenir en la economía, bajar las retenciones, hasta anularlas y poner un ministro de Economía que haya estudiado Economía. Eso fomentaría el ingreso de capitales, porque este sería un país previsible, de Derecho, con reglas claras, como la Chile de Bachellet, o el Brasil de Lula. (Los artículos están intercambiados porque los Economistas se creen que los países tienen el género del presidente que los rige.) Aunque su sueño es que no haya presidentes, sino gerentes, empresas, que dejen actuar otras empresas que a su vez generarán tanta riqueza que le darán de comer a los pobres. Y tendríamos un país genial como el de la Generación del 80, de 1880, porque ellos creen la Argentina era un gran país en 1880. Bueno, este discurso es el discurso que vengo escuchando de toda mi vida, me lo sé de memoria, podría ir a repetirlo ahora mismo a un programa de cable, y me saldría creíble.

Qué son las empresas entonces. Cómo son las empresas en nuestro país. Vamos a evaluar si nos conviene que en vez de gobernarnos los políticos que elegimos nos gobiernes las empresas que nos tocaron. Bien, las empresas se dividen en dos. Las grandes, y las pequeñas y medianas; las pymes son de nosotros, las megacorporaciones, son ajenas. Y quiénes deciden la renta nacional si dejamos el mercado abierto a su posible teoría del desborde, ¿las pymes, o las megacorporaciones con sus mercados oligopólicos, como Clarín, como YPF, como Grobocopatel? Porque a no confundirnos Clarín es una mega empresa oligopólica que en vez de vender autos vende columnas de opinión, que en vez de lucrar con los derivados de la uva merlot nos ofrece noticias sobre inseguridad, campo y corrupción estatal. Las empresas son, en esencia, en este país, extranjeras, por ser literalmente de otro país o por buscar beneficios de clase, de una clase que no se juzga argentina sino por una cuestión de tragedia histórica. Pero hasta las grandes marcas que alguna vez fueron nuestras, con orgullo, hoy ya no lo son. (Qué país raro este que alguna vez uno se podía vanagloriar de Aerolíneas Argentinas, sentirla propia, porque eran empresas propias, es decir del Estado, que somos todos, o empresas argentinas, pero con conciencia social, cooperativas, como Sancor. Qué raro.)

Las raras avenencias del destino –y la publicidad como eficaz formadora de pertenencia- lograron una rara modalidad de marca, la marca que es argentina, y machaza. Quilmes, Aerolíneas, YPF, La Serenísima, son tan argentinas que hasta la bandera usan. Aunque Quilmes es brasileña, Aerolíneas e YPF sean españolas, y Mastellone sea Danone por problemas de visado. Menem lo hizo, o ayudo a hacerlo. Pero las marcas siguen vendiendo su argentinidad, al palo, como emblema, mediante el fútbol y otros procesos nacionales por antonomasia. Nada parece ser más argentino que la selección argentina así. Pero son marcas, y no son argentinas; es decir, mejor dicho: son empresas extranjeras.

Para terminar quiero comentar un par de publicidades que vi en estos días. Las empresas argentinas identificadas con lo nuestro son tan grandes y buenas que usan sus superávits comerciales para comprar pauta en medios audiovisuales y darnos sanos consejos para que seamos una mejor sociedad. Desconozco si esto le permite desgravar impuestos, aunque no me extrañaría que mediante estas publicidad, que no son de la marca sino de sus Fundaciones Sociales, Nobles, ahorren plata. Pero vamos a ser confiados con estas empresas a las que le interesa el país, vamos a suponer que son tan grandes y buenas que nos dan un consejo, que quieren que seamos una mejor sociedad, que les preocupa no sólo el país, sino las gentes que lo habitamos, las personas. Una publicidad es de la brasileña Cervecería y Maltería Quilmes; la otra es de la españolísima YPF, Repsol. La primera es muy buena. Porque además están buenas de verdad algunas de las propagandas, en el sentido menos feliz del término. Un tachero pregunta si puede poner música a un parejita que se tomó unas copas, que vuelve a su casa de madrugada en taxi para no manejar, porque son re previsores. El tipo pone un temazo de Valeria Lynch y empieza a musitarlo y finalmente canta como un desaforado eso de qué ganas de no verte nunca más, qué ganas de cerrar este capítulo en mi vida, donde fuiste una aventura y nada más. La publicidad arriesga “peor sería volver manejando.” La otra, de YPF, es más institucional, aparece una ruta, con muchos árboles a los dos lados, muy de nuestra amada pampa húmeda y gaucha. Algarrobos, robles. Y en el medio de la ruta, desde el asfalto, de la nada, un árbol, un roble, un algarrobo. La de Quimes cierra con un “Si tomás, no manejes”; la de YPF epiloga “Si manejás, no tomes”. Nos dicen, ambas, “actúa bien, pero consumime a mí”, una detrás de otra, auspiciando el programa de Mariano Grondona, que dijo que Kirchner es un fascista intrademocrático, en Hora Clave, donde un diputado de la oposición, Fernando Iglesias, lo corrigió diciéndole que no, que era monárquico sin más. Ah, también estuvo Broda.

4.4.08

bin.gov.ar

Cuántas veces vimos anuncios de loterías, quinielas, casinos o raspaditas que nos avisan que además de estar jugando, podemos ayudar a quienes más lo necesitan. Loterías provinciales o la Nacional. Incluso los bingos nominales como el de Susana (Mi Bingo) o el de Maradona (Jugá con Maradona) esconden detrás intereses recaudatorios de estados provinciales. Desde que nacimos esta información nos acompaña y nadie parece reparar en que es bastante perverso que un Estado Nación o algunos gobiernos provinciales fomenten, indirectamente, para recaudar, algo tan jodido como es la adicción al juego: la ludopatía.

Es seguro que la mayoría de los que apuestan no son potentados sino más bien gente de a pie que buscan salvarse, o ganarse unos mangos para el fin de semana. Las estadísticas dicen que pierden más que lo que ganan, además. Habría que destinar parte de los fondos recaudados a publicidad, alertando sobre los riesgos del juego, y otra parte a crear centros para el tratamiento de ludópatas graves que llegan a hipotecar su casa, sus autos, y, por qué no, el futuro y la salud de sus hijos (narananá).

Este ingreso en provincias verdaderamente pobres como Misiones o Formosa debe representar bastante en su capacidad recaudatoria ya que pueden usufructuar sus divertidos juegos en todo el país. Por ejemplo el tristemente célebre Mono Bingo disimula los intereses santiagueños.

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La más emblemática sociedad del estado en estas cuestiones es la Lotería Nacional. En su página web, no sin hipocresía, explican que “su función primordial” es “contribuir al bienestar de la sociedad”: que se traducen en planes, programas y proyectos tendientes a mejorar la calidad de vida de la población en vías de desarrollo e inserción social a lo largo del todo el país.

Quizás instados por alguna resolución judicial aparece un banner escondido que nos da cosmopolitianos consejos para que veamos si somos ludópatas, bajo el eufemismo de “tips de juego responsable”

Ahí ya empezamos mal: “jugar solo para entretenerse, no por las posibles ganancias”. Nadie juega por diversión, todos somos ludópatas en potencia. Salto algunos tips, sino es muy tedioso: “Jugar en grupo, no jugar solo”. Nadie juega a la quiniela en grupo porque es un juego solitario, muchachos. O “Ponerse un tiempo”, para terminar, que es algo así como que te deje alguien que no tiene el coraje de decírtelo en la cara.

No sé cómo será en otras partes del mundo la relación entre gobierno y juego y puesto a elegir prefiero que esté a cargo de un Estado y no de una empresa privada que no devuelva sus ganancias.

Pero igual no deja de hacerme ruido.

10.7.07

Orden Interno en Perú

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Mi jefe quería saber si iba a estar el presidente peruano, Alan García, en un encuentro al que está viajando el viernes y la secretaria del colega de mi jefe le dijo que las Fuerzas Armadas habían salido a la calle en Lima para impedir protestas, por 30 días, apoyado por el Gobierno de ese país.


En los diarios argentinos, ni noticias, valga la redundancia.

El gobierno peruano autorizó hoy la intervención de las Fuerzas Armadas, por un plazo de 30 días, para mantener el orden interno, en medio de una ola de protestas y huelgas en la mayor parte del país.

El decreto señala que las Fuerzas Armadas apoyarán a la Policía Nacional a "fin de contribuir y garantizar, el funcionamiento de entidades, servicios públicos esenciales y resguardar puntos críticos vitales para el normal desarrollo de las actividades de la población afectada".

La norma, publicada hoy en el diario oficial El Peruano, agrega que en ese período la intervención de los militares "no existirá en modo alguno la restricción, suspensión ni afectación de los derechos fundamentales contemplados en la Constitución, las leyes y en los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos de los que Perú es parte".

El presidente Alan García instó hoy a sus compatriotas a mantener la calma frente a las protestas, que mañana se radicalizarán con una movilización nacional convocada por la Central Sindical de Trabajadores del Perú (CGTP) contra el gobierno, que coincide con huelgas de otras organizaciones gremiales por diversas demandas.

Diario El Comercio