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28.1.09

pilchas gauchas

Hace exactamente un año atrás —aunque quizás no sea exactamente compré para paliar otra larga excursión en el 36 el librillo de historietas Humor Etíliko de El Bruno. Desde ahí lo seguí en su blog, disfrute sus figuritas ararkoinfantiles y su talento importante. Hoy publicó esta genialidad, pobre Sole.

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Ya que estamos comparto con ustedes Lo peor de lo peor, también.

13.11.06

La ficción supera a la realidad

donde esta oesterheld

Me levanté el sábado a la mañana y miré la hora: las 11.30. Pensé, “más tarde seguramente voy a querer leer algo”. ¿El diario acaso? Algo coyuntural y pasatista, pero, a la vez, con contenido. Lo que siempre leo, bah. "Página/12 o Ñ”, dudé, mientras intercambiaba y decidía cuál de las dos almohadas nuevas era más cómoda, en las sucesivas despertadas.

“Si me vuelvo a dormir voy a levantarme después de la una”, imaginé, sopesando el cierre del kiosco de diarios. Tomé coraje y me levanté. Mientras me vestía recordé que venía de regalo con Página/12 la revista Fierro, mítico folletín de historietas, que volvía a salir. Me puse contento.

Pedí el diario y lo noté liviano. “¿Me habré equivocado…? ¿No venía hoy?” Ojee rápido los suplementos. Suspiré con desgano y miré la portada del diario: ¡sí venía! Pero costaba 4 pesos más. “Ah”, pensé, “no hay problema”. Dije: “Míster Kiosquer, deme la Fierro”. Mientras la buscaba, miré que en la portada decía que de regalo había un póster muy lindo más o menos conocido. Personajes de historietas “argentinos” que se manifiestan en silencio con una pancarta que pregunta “¿Dónde está Oesterheld?”. Otra revista dirigida por Sasturain -lo supe después-, que salió en el 83, publicó la ilustración en cuestión en la tapa; “personajes en busca de un autor”, dedicada al autor de El Eternauta -torturado y desparecido-.

No llego aún a tomar la revista cuando miro a la derecha y veo a un viejito. Me sale estirarle la mano y, de las entrañas, ¡¡¡Solano!!!

“Parece que venimos por lo mismo”, me dice Francisco Solano López con sonrisa picarona. Era la última que tenían, se la deje, “Usted hizo más méritos que yo”, le dije.