Mostrando las entradas con la etiqueta Paz Martínez. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Paz Martínez. Mostrar todas las entradas

10.12.09

Obama recibió el Nobel y dijo que «la guerra es necesaria para la paz»

El opio es una droga analgésica narcótica que se extrae de las cabezas verdes de la adormidera (Papaver somniferum). La adormidera (parecida a una amapola común), es una planta que puede llegar a crecer un metro y medio y con flores blancas, violetas o fucsia. Es una planta anual, que puede comenzar su ciclo en otoño aunque lo habitual es a partir de enero, florece siempre a finales de mayo y es cuando se puede proceder a la recolecta del opio.

Los primeros efectos se dejan notar como cansancio y somnolencia, a medida que crece el efecto se sienten hormigueo y picores en todo el cuerpo, se deja de sentir dolor, si se padecía, y se aumenta la sensación táctil, a medida que se cae en los efectos narcóticos se empieza a soñar en duermevela, junto con alucinaciones, náuseas y vómitos.

Luego de la guerra contra la coalición liderada por los Estados Unidos que provocó el derrocamiento del régimen talibán en noviembre de 2001, muchos de los agricultores han cambiado sus cultivos por paga en efectivo en vez de cultivar alimentos para consumo interno. Un ejemplo notable es el cultivo de opio, el cual se ha incrementado grandemente durante la última década: Afganistán se ha convertido en el primer proveedor ilegal de opio en el mundo.

Durante los últimos siete años Estados Unidos también ha reclutado y desplegado a fuerzas de seguridad y militares colombianas para la guerra de Afganistán, supuestamente para reproducir el componente de la guerra contra la droga del Plan Colombia en el sur de Asia.

En abril de 2007 Washington trasladó a Afganistán a su embajador en Colombia, William Wood, para supervisar la aplicación del modelo colombiano de contrainsurgencia disfrazado de lucha contra el cultivo de droga. Dos años después se calcula que Afganistán representa el 90% de la producción ilegal de opio del mundo.

Un analista de Bangladesh observó que “según cifras de 2003, el tráfico de droga constituye el tercer artículo a nivel mundial en términos de dinero tras el comercio de petróleo y de armas.

Afganistán y Colombia son las principales economías mundiales productoras de droga, que alimenta una floreciente economía criminal. Estos países están fuertemente militarizados y en ellos el tráfico de droga está protegido.

Fuentes: acá, acá y acá.

Obama recibió el Nobel de la Paz: «A veces la guerra es necesaria»

19.5.06

¿y qué?

“Levante la mano el que alguna vez se enganchó con un novela”, impera la última publicidad de Coca Cola light, muy parecida a la anterior, que era muy buena. Y yo tendría que levantar las dos, porque mi feminidad tiene –uno de- su(s) punto más alto(s) en mi devoción por la telecomedia romántica. Soy proclive a seguir con cierto recogimiento los conflictos culebronísticos.

Mi mayor obstinación en esta materia fue por 2003: padre me había regalado un discman que capturaba “la banda TV” en el que se podían escuchar los canales de aire de la televisión vernácula; recuerdo que cuando volvía de TEA los lunes, miércoles y viernes, como vivía en Lugano y tenía hora-horaypico de viaje, salía a las 11 y me venía escuchando Resistiré en el 5. A la altura de Medrano la Iglesia del Pastor Giménez se me metía en la banda TV –váyase a saber por qué- imponiéndose a la voz de Bárbara Lombardo- seguramente era Dios agobiando mis bajos instintos o la Momia reencarnada en guía espiritual -. Y siempre me agarraba un semáforo largo, nunca una pasadita por el templo, siempre unos 2 minutos de enseñanzas adventistas del undécimo día.

Después me enganché en mayor o menor medida con alguna serie de la tele. Intenté con El Deseo pero era muy mala, seguí con decido orgullo y con felicidad compleja las desventuras de Padre Coraje –madre y nolugareña me llamaron varios días para comentarme extasiadas un escena final o para que las ponga al tanto de lo que sucedía ya que, ocupadas, se perdieron dos-tres días la tira y se comían el coco tratando de entender por qué Amanda Jáuregui estaba enamorada de Manuel o que había pasado con Clara Guerrico y La Mudita. Nombres para la memoria: Teté, Mecha, Santo, Pipo, Messina, Olmos Rey, Ponce…

Bueno ahora sucede que me enfermo cada día con Montecristo y la verdad sea dicha: es mejor que las dos series anteriores mencionadas juntas. Quizás sea lo mejor que se haya hecho en la televisión argentina junto a Okupas y Los Simuladores. No hay nada de más. No hay improvisaciones. No hay escenas que sobren. Se propusieron, para sostener semejante historia, no convocar a carilindos rentables sino a grandes actores, con lo bueno que eso le da en dramatismo a un texto cuidado. Cada personaje es una obra arquitectónica de guión. Con sus tics, sus fobias, sus secretos, sus debilidades. Cumplen Joaquín Furriel –verdaderamente odioso-, Pablo Echarri –boca de pescado- y la –insoportablemente inocente- Paola Krum. Pero como siempre pasa en estas buenas series, el premio se lo llevan los personajes secundarios que tienen caracterizaciones más complejas y trabajadas. Luis Machín la descose; Rita Cortese vuelve a demostrar que es la mejor actriz de nuestro país, por su habilidad natural tanto para el drama y como para la comedia –recordar la dupla con Alberto Martín-. El que hace de Alberto Lombardo –que era papá de Adrián Suar en 22, El Loco- es el genial Oscar Ferreiro. Virginia Lago y Roberto Carnaghi pareja de hombre-expropiador-de-bebés-de-la-dictadura y mujer-golpeada-escondedora-y-sutilmente-temible. Horacio Roca, un curita bueno, campechano y creíble. Y la que hace de Leticia, que la verdad no recuerdo qué hizo antes, pero que compone un personaje de excepción, una loca senil que recuerda cosas tremendas de a ráfagas tras un muro de represión que le impide recordar por qué no recuerda nada, que se llama María Onetto, y es el mejor descubrimiento del año y –recuerden- la ganadora de todos los próximos premios al espectáculo en la categoría “Revelación en TV”. Bueno, si no la vieron, veanlá, es realmente imperdible.

Prohibido nuestro amor,
¿y qué?
Nos van a lapidar,
¿y qué?
Peor es no saber tener,
por un amor,
en carne viva el corazón.