4.5.07

Manuel García García Pérez


En el ND Ateneo entran sentadas 657 personas. Ayer habría alrededor de 450. Entre ellos, en su mayoría, parejas de más de 35 años –y de los cuales una importante cantidad eran españoles de nacimiento-. No hubo un solo músico entre los asistentes. Algunos críticos respetables aplaudieron bastante: Alfredo Rosso y Claudio Kleiman. También estuvieron Daniel Grinbank, Osvaldo Bazán y Wálter de Okupas. A pesar de la poca convocatoria, a Manolo García se lo notó contento: salió a hacer muchos bises (muchos), se movió con gracia, se bajó entre los concurrentes como un profeta e, incluso, enfervorizado hacia el final, se trepó al superpullman y termino A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando con un fanático loco en la punta del palco, cantando a dúo. Ese fue el saldo arbitrario del show de un músico catalán en tierras porteñas, coronado por una exquisita versión “bolero mediterránea” de Nostalgias.

Fue la primera vez que me sentí parte de un ghetto en el que me gustó estar. Porque Manolo no es elitista para nada: sólo se explica que no haya ingresado en nuestro país por una impericia de marketing. Resumiendo: nada menos que 2 de sus decenas de buenas canciones entraron alguna vez en rotación. La primera, Como un burro amarrado en la puerta del baile, de su banda de entonces, los milagrosos El último de la fila, se paseó durante algunas semanas entre el puesto 25 y el 40 del ranking Los 40 principales de FM Hit, circa 1992. La segunda, Pájaros de barro, ya como solista, de Arena en los bolsillos (1998), es más conocida por la versión que le hizo la Niña Pastori en su insólitamente exitoso Joyas prestadas.

Pájaros de barro es una de las mejores canciones que se han escrito en este idioma, está claro, y ya fue dicho antes, para que no me juzguen de oportunista. La banda atacó de sorpresa –al galope sus caballos- con dos guitarristas eléctricos, un guitarrista español (que se convertía en eléctrico de a ratos; ¡temas con tres guitarras eléctricas!); un batero (que parecía argentino: al final se tomó en cuero una lata de quilmes, todo tatuado y fumándose un pucho, donde no se podía); una violinista sensual; un tecladista talentoso, un bajo joven y un percusionista –mezcla perfecta de Omar Mollo y Joaquín Cortés- que de a ratos se le animaba al cajón flamenco.

Manolo García se llama en verdad Manuel García García Pérez. Es artista plástico, diseñador gráfico, y músico: tocó con tres bandas (Los Rápidos –con la que fue telonero de los Ramones-; Los Burros; y la mencionada El último de la fila). Hace canciones, con lo difícil que eso es, sino pregúntenle a sus homónimos Charly, Leo y Érica. Dentro de este amplio espectro que es la canción, se puede hacer reduccionismo así: una inteligente mezcla de música pop, canción flamenca, sonidos de Ceuta y Melilla –la España árabe; el Magreb europeo- y un ajustado sonido rock, que cuando da rienda suelta a sus dotes, suena a esa banda de rocanrol que España nunca tuvo.

Nunca había tocado en la Argentina. Reconoció haber venido tres veces de vacaciones. Dijo que estuvo por el Tigre y que no escuchó pajaritos y que eso es un mal que no excluye a otros países. Se mueve medio torpe en el escenario pero despierta simpatía porque disfruta lo que hace. Tiene una voz que no se puede definir con palabras: como de pito, melódica, aflamencada y única. Es, físicamente, un batido perfecto de Al Pacino y Dady Brieva. Mantiene bajísimo perfil sobre su vida privada, sin que se llegue a saber demasiado sobre sus parejas. Enjuició a Operación Triunfo por manejo irresponsable de una canción suya. Vendió de a millones cada disco que sacó, menos acá, que ni se lo edita. Yo me enteré de casualidad con un afiche de vía pública caminando por la calle que tocaba, que vi un lunes para un show que fue el jueves siguiente. Menos mal.

Update: Me olvidé de decir que sus letras son muy buenas, además, como surrealistas y llenas de imágenes raras, con animales y refranes nunca dichos por ninguna abuela.


El último de la Fila - Remando sobre el polvo

Manolo García - Pájaros de barro

2 comentarios:

Rocío Ricci dijo...

Ha visto que maravilla es "evoca"?
Le quedó muy lindo, le prometo que en casa me detengo a escuchar, porque se ve tentador...
Abrazos!

nolugareña dijo...

Que loco encontrarte en el 5... juju! No me estarás vigilando, no?