19.5.06

¿y qué?

“Levante la mano el que alguna vez se enganchó con un novela”, impera la última publicidad de Coca Cola light, muy parecida a la anterior, que era muy buena. Y yo tendría que levantar las dos, porque mi feminidad tiene –uno de- su(s) punto más alto(s) en mi devoción por la telecomedia romántica. Soy proclive a seguir con cierto recogimiento los conflictos culebronísticos.

Mi mayor obstinación en esta materia fue por 2003: padre me había regalado un discman que capturaba “la banda TV” en el que se podían escuchar los canales de aire de la televisión vernácula; recuerdo que cuando volvía de TEA los lunes, miércoles y viernes, como vivía en Lugano y tenía hora-horaypico de viaje, salía a las 11 y me venía escuchando Resistiré en el 5. A la altura de Medrano la Iglesia del Pastor Giménez se me metía en la banda TV –váyase a saber por qué- imponiéndose a la voz de Bárbara Lombardo- seguramente era Dios agobiando mis bajos instintos o la Momia reencarnada en guía espiritual -. Y siempre me agarraba un semáforo largo, nunca una pasadita por el templo, siempre unos 2 minutos de enseñanzas adventistas del undécimo día.

Después me enganché en mayor o menor medida con alguna serie de la tele. Intenté con El Deseo pero era muy mala, seguí con decido orgullo y con felicidad compleja las desventuras de Padre Coraje –madre y nolugareña me llamaron varios días para comentarme extasiadas un escena final o para que las ponga al tanto de lo que sucedía ya que, ocupadas, se perdieron dos-tres días la tira y se comían el coco tratando de entender por qué Amanda Jáuregui estaba enamorada de Manuel o que había pasado con Clara Guerrico y La Mudita. Nombres para la memoria: Teté, Mecha, Santo, Pipo, Messina, Olmos Rey, Ponce…

Bueno ahora sucede que me enfermo cada día con Montecristo y la verdad sea dicha: es mejor que las dos series anteriores mencionadas juntas. Quizás sea lo mejor que se haya hecho en la televisión argentina junto a Okupas y Los Simuladores. No hay nada de más. No hay improvisaciones. No hay escenas que sobren. Se propusieron, para sostener semejante historia, no convocar a carilindos rentables sino a grandes actores, con lo bueno que eso le da en dramatismo a un texto cuidado. Cada personaje es una obra arquitectónica de guión. Con sus tics, sus fobias, sus secretos, sus debilidades. Cumplen Joaquín Furriel –verdaderamente odioso-, Pablo Echarri –boca de pescado- y la –insoportablemente inocente- Paola Krum. Pero como siempre pasa en estas buenas series, el premio se lo llevan los personajes secundarios que tienen caracterizaciones más complejas y trabajadas. Luis Machín la descose; Rita Cortese vuelve a demostrar que es la mejor actriz de nuestro país, por su habilidad natural tanto para el drama y como para la comedia –recordar la dupla con Alberto Martín-. El que hace de Alberto Lombardo –que era papá de Adrián Suar en 22, El Loco- es el genial Oscar Ferreiro. Virginia Lago y Roberto Carnaghi pareja de hombre-expropiador-de-bebés-de-la-dictadura y mujer-golpeada-escondedora-y-sutilmente-temible. Horacio Roca, un curita bueno, campechano y creíble. Y la que hace de Leticia, que la verdad no recuerdo qué hizo antes, pero que compone un personaje de excepción, una loca senil que recuerda cosas tremendas de a ráfagas tras un muro de represión que le impide recordar por qué no recuerda nada, que se llama María Onetto, y es el mejor descubrimiento del año y –recuerden- la ganadora de todos los próximos premios al espectáculo en la categoría “Revelación en TV”. Bueno, si no la vieron, veanlá, es realmente imperdible.

Prohibido nuestro amor,
¿y qué?
Nos van a lapidar,
¿y qué?
Peor es no saber tener,
por un amor,
en carne viva el corazón.

4 comentarios:

nolugareña dijo...

Mira, muchachito, te aviso que tengo "en parrilla" desde el lunes un post sobre television. El mio es mas general, pero para que no digas que me copie. Madano es testigo.

Resistire fue la mejor. Todavia no me enganche con Montecristo pero prometo que sera tema de nuestras proximas charlas.

wallychoo dijo...

Montecristo Se Ve en una de las teles de casa Tengo 2 (en una montecristo en otra ESPN2) .....

Anónimo dijo...

Como nunca antes se ha visto, Montecristo logra que yo esté en casa todas -o casi todas- las noches para seguir la historia (si estoy en la casa de alguien no hay chance, se ve Montecristo también). Mi papá me dijo el otro día: "Me asombra que una novela haya logrado lo que yo no pude: que dejes de vagabundear!!". Jeje... Pobre Papi...

Dr. Pin dijo...

Todavía no pude verla nunca! Quiero.
Y es verdad, soy testigo de que nolugareña estaba en eso! Ya me lo había adelantado.