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8.7.11

la isla del sol


¿Cómo puede ser que estés disconforme con tu nivel de aceptación siendo el autor de la Isla del Sol?

La grabé cuando era muy chico con mi banda Avant Press que era una banda como de elite. Y esa canción era como una pizza para mí, lo hice porque me pagaron. Se editó por Oid Mortales en un disco del verano del 93. Entonces se escuchó por todos lados. Incluso Tinelli quería que fuera a Ritmo de la noche y yo no quise ir porque me parecía una grasada, yo quería seguir con mi banda. Una vez había que cantar en el Luna Park y conseguí un reemplazo para que haga de mí, pero como no era mi voz, me pusieron detrás de una cortina y el pibe hacía la mímica. Ahora hay un grupo mexicano que se llama El símbolo que toca la canción, ¡pero con mi voz! Podrían haberla versionado… La cantan en vivo, haciendo playback pero con mi voz. Eso es terrible y me dio mucha bronca. Pero por otra parte pienso que ahí está la magia de mi voz. Cuando la canta otro, no es lo mismo.

¿No les hiciste juicio?

No me gusta hacer juicios.

¡Pero sos demasiado bueno vos! Además, ¿cómo nunca te hiciste cargo de semejante hitazo?

¡Ja! Una vez una amiga me dijo “vos no te das cuenta que cuando cantás La Isla del Sol, la gente cree que está en la Isla del Sol?” Entones ahora la canto. Y me acuerdo de estar en un cumpleaños de Benito Cerati en el que Gustavo (Cerati) se enteró que el tema era mío cuando estaban todos cantándolo y me vino a zamarrear al grito de “¡sos un pelotudo! ¡Cómo nunca tocaste este tema!

23.2.11

La vida misma es menos interesante que Gran Hermano



Lo único que pasó entre que Somewhere empezó y terminó fue que me paré para ir a la heladera. Esa apatía distinguida, alabada en círculos selectos. Es decir, la misma “inactividad” que se da en Gran Hermano y que es señalada de insoportable. Y capaz sean los mismos los que indiquen las dos cosas, además, presos de la vieja rivalidad entre lo popular y lo culto.

La casa de Gran Hermano no es “la vida misma”; pasan muchas cosas, más que en Somewhere, porque emula la realidad, donde no pasa nada, posta. Y la masividad de GH está dada, precisamente, en que hay acción. GH no es arte, es entretenimiento; la película de Sofía Coppola, sí es arte, a lo mejor, ahí tenés una diferencia.

Esto no hace a la película horrible, la hace distinta, aburrida, y puede que haya espectadores que disfruten ese cine, y se los felicita desde acá. Su primer film, Las Vírgenes Suicidas, es una película bella, melancólica y brutal. Perdidos en Tokio, tiene los mismos ingredientes pero desde un relato más llano y con la participación estelar de Bill Murray.

Para María Antonieta los vicios de la llanura argumental se resienten desde la ausencia de diálogos y en la buscada apatía de Kirsten Dunst. Ya en Somewhere, siempre para mi gusto, nada sorprende: Sofía Coppola busca plasmar la nada misma, la vacía vida de una estrella de Hollywood. Y le sale bien. Pero el cine debería ser todo lo contrario, para la nada se inventaron los domingos de enero a la tarde.

Por el contrario, Gran Hermano, que si se mira de corrido es la última película de Sofia Coppola, el horror, adquiere en los resúmenes, en los debates y en las galas, momentos de intensidad, tensión, conflicto y conclusión. Comedia y drama. El formato de reality más exitoso y exportado del mundo precisa que el show sea cualquier cosa, menos un plomo.

Esta edición de GH2011 nos trae una novedad: la generación Gran Hermano Videns. Chicos de entre 20 y 28 años que crecieron, sí, viendo las diferentes ediciones del programa. Una generación de chicos que no necesitan leer el reglamento (esa carta magna) para saber qué se puede y qué no se puede hacer. Que saben quiénes son y para qué los usan. Que conocen que una dinámica “vende”, que tal otra “da rating”, que si es de noche “están en vivo”, y así. Y desde ahí discuten de igual a igual con la producción, discuten los contenidos.

Los “hermanitos” de Jorge ahora parecieran encarnar los “valientes” de Solita. Saben que por más que el protagonista sea “la gente” que “decide con su voto quién se queda y quién sale”, su rol es fundamental para el programa, y desde ahí le contestan a Rial en vivo, le refutan sus argumentos, implican a la producción como padres abandónicos, reclamando, rosqueando, muchas veces, incluso, unidos.

Mucho más interesante y movido, claro, que lo que pasa en “alguna parte” debajo del arcoíris.

29.10.10

El kirchnerismo como vanguardia política y cultural



El líder de Bersuit Vergarabat de frente al Cabildo sobre la Plaza de Mayo señalaba hacia adelante a la vez que rompía “hijos de puta, en el Congreso”, después señalaba a sus espaldas: “hijos de puta en la Rosada; y en todos los ministerios”, su mano derecha ya imitaba el movimiento de un ventilador de techo, señalando al pasar todos los edificios públicos macizos de la institucionalidad perdida, en nosotros, no nacida. Década del noventa. Debajo del escenario como una jauría hambrienta y sin presa cientos de pibes coreábamos “ellos tienen el poder y lo van a perder”, que se repetía hasta perder la cordura, forzando hasta la métrica.


Era una canción de Las Manos de Filippi, Sr. Cobranza, que el Pelado Cordera había grabado para Libertinaje, disco producido por Gustavo Santaolalla. La torpeza censora del gobierno de Carlos Menem había llevado a híper difundir este himno de la desazón, sin la radio, mano a mano, ni internet, en cedés, casetes, como una especie de resistencia cultural en democracia. Eso también de “se viene el estallido”, cuando Bersuit, La Renga, Los Piojos, Almafuerte, Actitud María Marta y varios grupos más recordaban en Ferro los 20 años de existencia de la organización Madres de Plaza de Mayo.


Cómo cambió todo el kirchnerismo en 2003, desde la figura desconocida de Néstor, quien modificó para siempre la concepción del enemigo, las alianzas, los pibes, en fin, la cultura, y con ella la cultura rock, que pasó de ser de resistencia a vaya uno a saber bien qué. El mejor ejemplo de todo este proceso es quizás El Cabra, cantante de Las Manos de Filippi, quien pasó de semblantear “sí son todos traficantes, ¿y sino el sistema qué?” a presentarse como candidato a legislador porteño por el Partido Obrero, al sistema, bienvenido. A las Madres y a Santaolalla el kirchnerismo también los puso en otro lado.


Como dijo alguna vez Martín Rodríguez, la democracia es gris, pero la más grisácea de las democracias es mejor que una revolución impracticable, entendimos después. Lo entrevimos desde Néstor Kirchner. El legado que mejor explica al kirchnerismo es la cultura de lo estatal, la lenta incorporación de un discurso burocrático, el aprendizaje de los resortes institucionales para la construcción de poder desde la autoridad presidencial.


De repente, por inquietos, tuvimos que anexar a nuestros saberes cosas como camaristas, conciliación obligatoria, superávits gemelos, defensa de la competencia, paritarias, cautelar, y un largo etcétera. La novedad del Estado interviniendo convocó a una Segunda Argentina en donde las cosas más o menos funcionan como debieron haber funcionado siempre y por ello era todo sorprendente, nuevo, reformista, con tintes insurrectos.


Las primeras sorpresas de Néstor Kirchner fueron discursivas, la novedad era tan sencilla como escuchar a un tipo normal que expresa el sentido común, con la brutalidad de la sensatez. Generaba entonces conmoción escuchar a un presidente decir lo que la gente de a pie decía entre amigos. Hablar de Derechos Humanos, de Genocidas, de la Corte Adicta, de los organismos multilaterales de crédito, de complicidad civil. Un punto alto fue el discurso respecto al FMI, ¡cómo un presidente podía decirles a esos buitres que se paseaban por el Sheraton para obligar a ajustar más todavía durante la peor crisis que este país recuerde!: “No, señores, ustedes no nos controlan más, sus políticas nos llevaron a la ruina.” La densidad del ejercicio del poder ejecutivo era, y lo fue, a su manera, revolucionaria, tanto que su liderazgo cambió para siempre la cultura política, social y económica de la Argentina.


La llamada voluntad política no podía mover montañas como la fe de un granito de mostaza pero podía alcanzar una obra pública que dé trabajo a cientos mientras se exportaban los granos a un dólar competitivo. Los desangelados de 40 y los pibes que veían la luz pública modificaron su inercial concepción apática de la historia.


Un cambio político, en términos culturales sísmico, que condenaría el cinismo al monobloque y al nihilismo al periodismo de elite. El rock no pudo ser más aquello que era. Porque el rock como música joven popular hegemónica ya no podía blandir rebeldía, porque metonímicamente, la rebeldía se desplazaba a otras significaciones, a donde debían trasladarse, a la política, a la militancia, al gris ejercicio de mejorar de a poco, cada día, el país.


Suelo no hacer esto, pero hoy me quema en mis documentos. Sale el domingo en Ni a palos.

sí a palos

6.9.10

Es Leyenda



Hablar de Luciana Aymar es hablar sobre quien seguramente será la mejor deportista femenina de la historia de nuestro país. Así que cualquier exageración hacia ella, le queda holgada. Recorrer su carrera es presenciar lo máximo a lo que puede aspirar una atleta de elite en su laburo.


Dicho esto, la primera imagen que nos viene de esta rosarina es de adolescente, año 2000, junto a monstruas, hablamos, claro, de Karina Masotta (Caniggia), Vanina Onetto (Batistuta) y, más adelante, Cecilia Rognoni (Passarela). Tres jugadoras demoledoras que marcaron las bases para que estas pibas de la selección femenina de hockey actual sean tan ganadoras. Todo empezó con una plata en los Juegos Olímpicos de Sídney. El germen de Las Leonas, marca y emblema.


Se convirtieron en Leonas cuando las chicas dejaron de conformarse con ser buenas y se convencieron de que tenían que ser las mejores. Nada de todo esto pudo ser posible sin Luciana, la Maradona del Hockey, Lucha o, directamente, Diego. Y es que ver a Lucha es ver al Diego en el 86, una persona que conoce todo lo que se debe hacer y que tiene las habilidades para poder llevarlo a cabo. Aymar dribleando con el palo, cada vez que arranca con bocha dominada, recrea el gol de Maradona a los ingleses. Luciana Aymar es el fin del Hockey.


Al menos da esa impresión esta chica de 32 años que empezó a jugar en un club cuya cancha ya lleva su nombre, el Fisherton. Que a nivel grupal logró para la selección de hockey los mayores logros de la historia como esa plata a en Sídney, bronces en los juegos olímpicos de 2004 y 2008, 4 primeros puestos en Champion Trophies (2001, 2008, 2009 y 2010). Y el primer oro de la historia en un mundial de este deporte, en 2002.


Además de haber ganado a nivel clubes títulos en Alemania, España y la Argentina, Luciana ostenta a título personal absolutamente todos los récords de este deporte a nivel mundial. Lucha va camino a convertirse en la mejor jugadora de hockey sobre césped de la historia y como suele suceder con los grandes (Jordan, Maradona, Woods, Federer) difícil es que alguien la supere en el futuro.


Ganó seis veces (¡seis veces!) el premio de la Federación Internacional de Hockey (FIH) a la mejor jugadora del mundo, incluidos los últimos 3 galardones. Suponemos que durante los años en que no lo ganó fue para no tener que reconocer esta supremacía demoledora ante sus colegas.


Se está jugando en su lugar en el mundo, Rosario, el mundial de Hockey en estos días. Luciana Aymar más local que nunca seguramente comandará a este grupo de grandes jugadoras al podio, esperemos que al segundo oro. La final es este sábado que viene. Nuevamente se convertirá en la mejor jugadora del mundo, casi seguro.


La FIH ya terció su fallo: condecoró a Luciana Aymar en 2008 como Leyenda del Hockey.

11.2.10

magnetoterapia


Héctor Magnetto es una de las personas más poderosas de este país. La mayoría de los argentinos no sabe quién es Héctor Magnetto. “El poder es impunidad”, dijo Alfredo Yabrán. Fue impune hasta que su cara salió a la luz, se hizo pública. Cuando su cara se hizo pública mataron al fotógrafo que le sacó la foto, se llamaba José Luis Cabezas. Nunca se aclaró la curiosa coincidencia. Héctor Magnetto es el líder de la empresa más importante de este país. No le gusta salir en las fotos, no le gusta que se hable de él. Cuando este diario, Miradas al Sur empapeló parte de la ciudad con su foto anunciando un artículo sobre su historia, un grupo de musculosos a sueldo taparon, función trasnoche, cada cartel, para que no se conozca su cara. Hay pocas fotos de Magnetto. Sólo se deja ver cuando un Gobierno le hace un gran favor al Grupo que maneja. El director del mayor medio del país, que se jacta de ser la avanzada de la libertad de expresión, no le gusta la libertad de expresión, sobre su persona. Jorge Asís, escritor y periodista, se fue de Clarín y contó su experiencia en clave de ficción en su libro Diario de la Argentina. Hoy está en la lista negra del holding. Jorge Asís dice que las tres personas más poderosas del país son Néstor Kirchner, Hugo Moyano y Héctor Magnetto. Héctor Magnetto es el único de los tres que no fue elegido por nadie, que trasciende los gobiernos, inclusive los de facto, que permanece en el poder. Héctor Magnetto es más poderoso que Hugo Moyano y Néstor Kirchner. De Hugo Moyano y Néstor Kirchner se habla mal en todos los diarios, todos los días. De Héctor Magnetto no se habla bien. Tampoco se habla mal. De Magnetto no se habla. Cuando tuvo una grave enfermedad los medios de la editorial Perfil informaron sobre su estado de salud, porque, dice aún Jorge Fontevecchia, director de Perfil, su salud era un tema casi de Estado. No se habla de la salud de ningún otro empresario con ese espíritu. Fontevecchia estaba enojado porque confesó que Clarín le boicoteó la llegada de publicidad privada a su primer intento de diario Perfil. Roberto Noble fundó Clarín y le dio un carácter desarrollista impulsado por su devoción hacia Arturo Frondizi, cuyo colaborador más importante era Rogelio Frigerio. Magnetto era hombre de Frigerio. Tras la muerte de Noble, Magnetto trastocó al diario más leído del país en un pulpo que instala el sentido común de los argentinos a partir de sus posiciones monopólicas. Trasformó una publicación en un poder establecido. Transformó el cuatro poder en primero, o segundo. Después de mucho tiempo un gobierno se atreve, después de idas y vueltas, a ponerle un límite real al imperio Clarín. Después de mucho tiempo un diario, este, se atreve a hablar de ese poder. Se corre un riesgo, que el desconocido Héctor Magnetto se haga conocido. Eso no le gusta a Héctor Magnetto. Por suerte ya está mejor de salud.


Viejo Currículum mortae, especial ley de medios, Ni a palos, Mirada al sur.