verticalidad

1. Los militares que históricamente se escudaron en que no son responsables de sus actos sino que son meros instrumentos de las decisiones cupulares, que desestiman cualquier responsabilidad ante la evidencia de los peores hechos que esta tierra supo soportar, amparados en su destino de ejecutores obedientes, apenas un gobierno los pone en caja, se rebelan y mandan a sus mujeres a decir lo que ellos no pueden, porque la verticalidad en el ejército es ley, y la cúpula marcial es la presidenta de un Estado democrático, algo inadmisible

2. Por su parte la titularidad eclesiástica católica que de la disciplina hace su bastión, su razón de ser y su permanencia, obliga a sus soldados de cristo, sacerdotes y demás clérigos, menores y no tanto, a sumirse en las encíclicas más reaccionarias so pena de ser desvestidos de sus investiduras ante el menor desdén a las verdades del representante del señor en la tierra. Un presidente paraguayo tuvo que renunciar a su cargo de obispo porque la política y la religión son incompatibles para el establishment celestial, por su parte, un obispo castrense replica una opinión de un ministro democrático en un tema sensible a la vida de millones de mujeres y se permite condenar al funcionario a un homicidio simbólico, el obispo es mantenido en su cargo a pesar de todo generando un malestar entre Estados, uno democrático, otro monárquico.

3. El justicialismo añejo y rancio se jacta de la verticalidad como uno de sus pilares de conducción política, como excusa para defender desde sus cargos jerárquicos lo peor de la política democrática de la historia de nuestro país, pero desobedece en cuanto un Gobierno Nacional Justicialista empieza a tocar algunos intereses económicos de los grupos más concentrados del país, señalando que es un gobierno autoritario, que no admite el disenso y que no piensa en el pueblo.

4. El sindicalismo más ignominioso que hubo visto esta bella patria olvidada de dios, que apoyó fuertemente durante el proceso democrático más liberal y mercantilista que se tenga memoria todas las medidas, que tendieron a licuar las conquistas de los asalariados, que ni siquiera la dictadura militar más sangrienta se había atrevido a socavar, cuando un gobierno comienza a distribuir tímidamente la riqueza, interviniendo algo desde el Estado y oponiéndose, infructuoso aún, a los grupos empresarios más elitistas de la patria histórica, se separan creando una cegeté paralela, junto a las patronales.

Curiosa definición esta de verticalidad, que se torna oblicua cuando le tocan el bolsillo, que se escuda en la innecesidad del librepensar cuando se hacen mal las cosas, y que defiende a ultranza la disensión y los matices cuando las cosas se hacen medianamente bien.

Junto al campo estarán Pando-Bergoglio-De la sota-Barrionuevo, como punta de un iceberg más profundo y traicionero. En la plaza no estarán los descendientes de Evita y Cooke pero al menos habrá un gobierno ortodoxo, peronista y con decisión de intervenir desde el Estado.

Cada cual decide qué plaza pisar porque por suerte no existe la verticalidad cuando los pingos se ven en la cancha.