Primero Chiche invitó a un físico argentino músico que vive en una ciudad universitaria norteamericana y después entrevistó al hijo del tipo que trajo el psicoanálisis a la argentina. Sucedió en el marco de su muy buen programa de entrevistas, ¿De dónde vengo?, que va los domingos en Canal
Y en ese tipo de programas, de entrevistas, creo que Chiche se mueve a sus anchas, creo que es el programa que debería hacer siempre. Hace de un Jaime Bayly menos complaciente con sus entrevistados, siempre dispuesto a interrumpirlos, sabiendo que va a decir algo más interesante que sus invitados, aún no invitando a personajes menores, sino más bien interesantes, y con algo para decir.
En ese programa –fondo blanco, dos sillones, un plasma de fondo y una mesita ratona alargada con dos copas con agua- vi pasar a China Zorrilla, a Gabriela Michetti -antes que en otro lado-, a un Puma Goity destilando intolerancia, a una Ocaña serena y segura de sí misma; en todos los casos el programa resultó ser un imán, por cómo Chiche maneja los tiempos, deja hablar, interrumpe con sus “ehhh… a ver…” pausados y con sus trajecitos, combinados a la manera suya.
El programa del domingo transcurrió por estos caminos.
El físico Alberto Rojo venía a presentar un libro sobre cómo la física está presente en nuestra vida cotidiana –llamado La física en la vida cotidiana, en un arrebato de originalidad- pero no le dejó hablar de nada de lo que puso en el libro sino que lo convocó a sólo fin de sacarse un par de dudas suyas geniales.
Primero le contó que había leído que la gente de la empresa Volvo –especialista en seguridad automovilística dentro de esa industria según dijo- descubrió que es más seguro un auto que sea de materiales flexibles, que actúen ante un choque mediante efecto acordeón, que las viejas carrocerías de hierro. Esto se debe al efecto rebote de los materiales. Lo que vendría a echar por tierra la frase de nuestros padres sobre que los autos nuevos son de plástico, en los que la carrocería sos vos.
Después le preguntó sobre sí la tela de araña es más resistente que el hierro, y Rojo le dijo que sí. Y se sorprendió, y Rojo le dio la razón de tal sorpresa.
Antes había metido una lata de Coca-Cola en un balde, tipo frapera, transparente, lleno de agua: se hundió. Después puso una lata de Coca-Cola Light y la lata flotó. Las dos tenían la misma cantidad de centímetros cúbicos de contenido. Le preguntó ¿por qué? Rojo dio su explicación, convincente, y después el dio la suya, mágica.
El físico dijo que imaginemos una lata de gaseosa hecha de agua hasta sus partes de aluminio. En ese caso pesaría lo mismo que el agua. Si pesa más que el agua, como en el caso de
Chiche lo dejó terminar y le dijo su teoría, que el azúcar era energía negativa, por eso se hundía.
Para comprobar su hipótesis le hizo sostener al físico con su mano más fuerte un puñado de azúcar fuertemente en un ángulo de noventa grados del brazo respecto al torso. Con su mano Chiche hizo fuerza sobre el brazo y el brazo quedó quieto. Después le puso una naranja, hizo el mismo procedimiento, y el brazo no resistió el peso y bajó. Muy poco le importó a Chiche que Rojo le haya advertido que la naranja también tiene azúcar y no edulcorante. A Rojo en cambio si le importó descubrir el porqué, que finalmente adjudicó a que los músculos que actúan son distintos en cada forma de apretada. Y lo demostró apretando la nada en vez de azúcar. Pero Chiche estaba muy contento con su idea de energía negativa del azúcar como para volver a repetirla en otro programa.
Lo único que le hubiera faltado hacer a Chiche es este experimento con Menthos y Coca Light, y que el físico Rojo hubiera explicado el porqué, que es re loco, y sino, miren:
1 comentario:
Que grande chiche! ayer lo ví en la tele... creo que estaba borracho.
Fué muy bueno... gracias por este post reivindicador,hay que tomarlo más en serio. Este chiche no es para jugar.
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