Mi vieja tenía dos casetes de Silvio Rodríguez: Unicornio y Tríptico 2. Madre debería escucharlos con cierta asiduidad, imagino. Por eso, cuando fui un poco más grande y osé revolver el cajón de los casetes, el rojito sin caja y la cajita con el 2 serigrafiado en verde flúo se congeniaron a las mil maravillas conmigo: fue amor a segunda oída.
Era el recuerdo de la infancia más una lindísima música: era una mezcla explosiva.
Una tía para un cumpleaños en vez de regalarme algo me dio plata y yo le pedí a mi papá que me lleve a la disquería Pichín, que quedaba en Avenida del Trabajo –era un páramo para los sentidos ese lugar, era mágico-, para comprarme un casete de Silvio.
La oferta era amplísima y sólo me podía comprar uno. Elegí por la tapa. No conocía su trabajo más allá de los dos discos que había escuchado tanto. Tendría 10, 11 años. Elegí por la tapa una tapa que era el contraste del rostro de Silvio –a la manera de los íconos revolucionarios- recortado sobre una patina naranja. Aún no tenía ideología política. Y era feliz.
Me acuerdo que le mostré a mi tía lo que había hecho con la plata que me había dado, le mostré el casete, y mi tía me dijo que no sabía quién era Silvio Rodríguez. No lo escuché ese disco, lo mire mucho, muchísimo, pero no lo escuché.
Años después me reencontré con el casete y lo escuché. Se llamaba Mujeres y tenía al final del lado “a” una canción que se llamaba Te doy una canción. La canción decía que Silvio estaba gastando papeles recordando a una mujer, una mujer que lo hacía hablar en el silencio, y que el tiempo pasó y que, de pronto, el tiempo fueron años, sin que ella pasara por Silvio detenida. Y eso de que le daba una canción, como un libro, como una palabra, y hacía, de paso, cañazo, un discurso sobre su derecho a hablar.
Hago un discurso sobre mi derecho a hablar es un idea fuerza que puede conmover a un preadolescente, aunque no sepa explicar cuáles resortes me movilizaba esa frase, esa frase que se piensa a sí misma.
Al final le daba una canción a la chica y decía Patria, así, con mayúscula. Y se sabe que la patria es la infancia. Y una canción, acaso, dada como un disparo, una guerrilla, como el amor.
12 comentarios:
Es matemático...
Hermano + Silvio = Mari llora
¿Que tia era?
Me gustò mucho el post sobre blog... tendrìas que haberlo dejado mas tiempo en el lugar de novedad.
Muy precioso!
Saludos
yo fui metamático, ¿remember?
Mucho, pucho, mati, mati.
Estoy implementado la respuesta personificada porque suman de a dos los comments. (¿Es buena o no esa?).
Si, ya sé que es facer trampax.
Gracias belita por sus palabras abracadabraaaaaaaaaaaantes.
Este post me generó una ternura infinita y una sensación abracadabrante de feedback con lo que escribiste.
Mi favorita de Silvio, igual, es otra: "Oleo de mujer con sombrero", pero eso no es importante.
Besotototes.
ME UNO A LOS AMIGOS: ABRACADABRANTE POST. MI PREFERIDO ES "SUEÑO CON SERPIENTES".
HACE UNOS MESES LO TUVIMOS POR LIMA Y CON MANUEL FUIMOS AL CONCIERTO Y LLORE COMO LOCA PORQUE MANUEL ME TOCABA SUS CANCIONES EN SU GUITARRA ACUSTICA CUANDO RECIEN NOS CONOCIMOS. QUE RECUERDOS....
La ecuación que no me cierra nunca es la asiduidad con que Madre escuchaba esos casetes y el colegio al que fueron... pero es un tema aparte.
Me emocioné mucho con lo que escribiste.
abracadabrantísimos besos!!
marie
Dedicado a Mila, Marie y Pumpla.
Yo celestineo sin querere, como el Chavo, chispoteando. No me hago caso de las cosas que digan unos sobre otros en ámbitos no propios de Aguafuertes Castrenses.
Sobre Silvio, el es el que tiene el poder de emocionar, no yo. Sólo escribí unas líneas de un recuerdo. Pero parece que les gustó. Así que me alegro. Tengo más anécdotas para contar a ese fin. Como el día que Silvio habló y Nolugareña lloró con las patas embarradas hasta el espinillo en Plaza de Mayo, una jornada épica que no se veía desde que el Imperio Romano cayó.
Ah, y mi preferida es Hoy mi deber.
Ah 2, Marie, ¡no te metas con madre!
Madre escucha Silvio porque es de izquierdas, pero de la izquierda radical. Igual de a poquito la estamos haciendo peronista.
¡Viva Perón Carajo!
No, Natanael: A Madre yo la banco!!!, ojo.
Es solo hay cosas que no entiendo...
Como por ejemplo: ¿Los maristas son peronistas?
ja ja ja
Deberías saber que el peronismo es un movimiento, y adentro hay de todos, de hecho el general echó de la plaza a esos imberbes que gritan y se fueron los montoneros pero en realidad había echado a la rama marista que era muy bushanguera y pedia la reestatización de la tiza, siendo un colegio privado. Mirá vos.
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