25.7.05

¡pop!

A diferencia del cine o de la literatura, donde las obras pueden volver a verse o a leerse, la música pop es un arma con un mecanismo confeccionado para funcionar a repetición. (…) No son muchos quienes releen libros y –tampoco– son demasiados los libros que sobreviven a una segunda lectura con la frente en alto. Y si bien casi todos vieron varias películas muchas veces, en gran medida gracias a los canales de cable que loopean algunas incansablemente. (…) Una canción tiene que escucharse otra vez, porque así opera su encantamiento. (…) Hasta se podría decir, exagerando, que escuchar una canción perfecta una sola vez puede llevar a cierto tipo de locura: la música se deshilacha y en la memoria sólo quedan algunas palabras, la entonación de los coros y fragmentos de la melodía, que se vuelven cada vez más borrosos. Eso, en el mejor de los casos. (…) Pero si bien es cierto que 60 segundos son suficientes para presentar el germen de una canción, (…) en ese tamaño queda trunca, como un promesa que nunca va a cumplirse del todo, un esbozo melódico de lo que pudo haber sido. (…) Vietnam de Andrés Calamaro, es una canción perfecta que en el disco Nadie sale vivo de aquí venía con repeat incluido (...) Los cincuenta segundos más inspirados y contundentes del rock local.

De la nota “Menos que uno” de Matías Capelli, suplemento Radar de Página/12. 24 de julio de 2005.

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