29.7.05

dios en la noticia

“El Padre Antonio Pereira vino de España (…) llegó a la selva sin esperanzas de ser obispo / y entre el calor y entre los mosquitos habló de Cristo”, dice la canción 'El padre Antonio y su monaguillo Andrés', de Rubén Blades, que también narra que el Padre les hablaba a sus fieles “de Dios en la noticia, vibrando en su sermón”; después lo matan.

Estaba pensando en Dios en la noticia. En cómo, después de tanto tiempo, Dios, de alguna manera, sigue siendo noticia. Me alcanzan un libro que un dirigente de la asociación de municipios mexicanos le regaló a mi jefe, ilustrado con pinturas decimonónicas de todos los santos habidos y por canonizar, hechas por artistas aztecas. Busco San Matías -mi otro yo verdadero al Natanael virtual-: descubro que ese apóstol entró a la docena cuando se ahorcó Judas, dejando una vacante, porque los discípulos que quedaban eran 11 y, como no daba que sea impar, Dios decide, entre Santo Tomás y San Matías, cuál era el hombre más capaz de ser su discípulo doceavo. Y gano yo, y soy él discípulo 12 y pienso que ¡qué cagada que no hubieran existido los cero seiscientos en esa época!, y que ¡qué negoció que se perdió el Vaticano! Y veo que salió una nueva revista, Veintitrés Internacional, cuya nota de tapa es sobre Benedicto XVI: “El plan del Papa para dividir Europa”. Y veo que Clarín publica una nota sobre los seminaristas palotinos asesinados en nuestro último golpe cívico-militar: “Impulsan la canonización de cinco religiosos asesinados por la dictadura”. Todo eso mezclado con los augurios mesiánicos de Lilita Carrió, George W. Bush atacando en nombre de su Dios a Irak; el Oriente Petrolero, lo mismo, pero por Alá, allá, en Londres, o Madrid, o Nueva York. Acá, más cerca, Kirchner recibió a los familiares de Azucena Villaflor, la primer Madre de Plaza de Mayo, cuyos restos fueron exhumados hace tres semanas de un cementerio de General Lavalle, y enterrados el domingo en la porteña Iglesia de la Santa Cruz, el mismo templo de donde un grupo de tareas de la ESMA la había secuestrado -también se reunían allí los familiares en aquel tiempo-. (Mamá estuvo en la iglesia el domingo por la tarde y me contó que Hebe de Bonafini habló, ¡sí!, en esa iglesia perteneciente a la misma institución a la que le había presagiado a su Sumo Pontífice, Juan Pablo II, hará no más de 3 meses: “Se va a morir quemado en el infierno”). Todo mechadito con la expulsión por parte del presidente pakistaní, Pervez Musharraf, de 1.400 extranjeros estudiantes de las escuelas coránicas, como gesto a "la lucha contra el terrorismo", por miedo a que allí se estén educando kamikazes. De postre, una advertencia de Ariel Sharon: el primer ministro israelí instó a los palestinos afincados en la Franja de Gaza a quedarse piolas (o muzzarella) mientras ellos se retiran de las tierras que usurparon para poder devolver en paz lo que consiguieron por la fuerza y que nunca fue suyo a sus históricos dueños; reaccionarán de manera extremadamente dura "si las organizaciones terroristas palestinas atacan”, según allanó Sharon, estadista él.

Mientras tanto Ariel Minimal canta, en el tema de Pez 'Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar' que escucho ahora mismito: “Si no hay un Dios, algo bueno habrá”.

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