4.11.10

jóvenes


Hay un película fantástica de Nanni Moretti, Aprile, en la que el director, actor, además, interpela a la tele durante un debate presidencial que incluye a Berlusconi y a un candidato de izquierda, D´Alema, ya hice un post de eso, está acá. Véanlo.


Pero eso no importa ahora, importa una frase que dice Nanni en ese neceser argento-italiano de hablarle a la tele: “Decí algo de izquierda, no te pido de izquierda, aunque sea de civilidad”.


Trastoquemos el término ese, ahora hay que hablar de civilidad, y no de izquierda.


Jovenes militantes (hermosos) no tenemos que hablar de izquierda, porque espanta. Ah, el capitalismo hizo estragos, y la tarea es multiplicar, no cercenar.


Hay que invertir los términos, hay que hablar de civilidad.


Yo soy muy de izquierda, siempre fui peronista (¡ja!). Me sé todos los discos de Silvio de memoria, todos, hasta los nuevos. Y todavía me hace llorar. Pero el peronismo me enseñó algo muy importante en términos políticos, hay que convencer a los no convencidos, y no hablarnos entre nosotros.


Leía un libro de Hinde Pomenariec sobre Blackie, figura central de la televisión argentina, hoy olvidada, que contaba una historia de su padre. El papá le decía a los hermanos de esa chica, de nombre Paloma: “A Paloma no le griten, arguméntenle.”


Seguramente el señor Efron, padre de Blackie, era inteligente, y encontró en esa hija cualidades para desarrollar, que sólo eran desarrollables mediante la argumentación.


Ricardo Iorio en una canción dice “no es cualquier cosa tener razón”.


Tenemos razón, argumentemos.

2 comentarios:

Vladimir dijo...

Estimado Emo: coincido en aquello de que lo que importa es la argumentación para convencer. Es una lección clave de la política, sobre todo si queremos ampliar la base de sustentación para un proyecto transformador cuyas bases asentó el Néstor. Sin embargo, y en referencia a lo que vos decís de la película de Moretti,me parece que no es acertado el ejemplo. Allí Moretti le pide que hable de izquierda o de civilidad al menos a un personaje como Massimo D'Alema que quería desterrar de su discurso y práctica toda mención al pasado del P. Comunista Italiano. Esto como una muestra del abandono de las viejas banderas revolucionarias en tránsito al abrazo de las nuevas ideologías del liberalismo capitalista. En síntesis paciencia, fervor y argumentos para convencer del proyecto.D'Alemma, en cambio, quería mostrar el acto de fe de su apostasía. Saludos cumpa, Vladimir.

Carlos Tofla dijo...

Emo, "convencer a los no convencidos" es lo mismo que quiere hacer la izquierda, porque es la quintaesencia de la militancia... La diferencia es que la izquierda lo hace partiendo desde su convencimiento, no desde el lugar donde se encuentra el no-convencido. Y eso es, justamente, lo que el peronismo no debe reproducir. El camino del convencimiento debe iniciarse desde la cabeza del otro, para hablarle de forma significativa, y nunca desde el final. La izquierda argentina no entiende esto desde, al menos, 1943.
Un abrazo.
Ct.