9.2.10

Abrochate el cinturón



Santiago Álvarez y Natanael Amenábar
Ni a palos

Los dos Roberts, los dos Bobs, Zemeckis y Gale, se conocieron en la Universidad del Sur de California y comenzaron a pensar en ideas locas pero también en una gran historia para contar. Ambos trabajaron por su cuenta en cosas que no tuvieron relevancia hasta que Steven Spielberg les produjo Back to the Future; cada uno en lo suyo, los dos en cada detalle, Zemeckis dirigiendo, Gale escribiendo. Y lo tomaron como una diversión. Se nota en las miles de historias pequeñas, en los chistes y homenajes.

Volver al futuro es un punto alto de la cultura popular del siglo veinte y una de las mejores películas, cada una de las tres, que son una sola, de todos los tiempos. Quizás le juega en contra para el reconocimiento de las academias la imposibilidad de clasificarla en algún género: VAF es una comedia, una de aventuras, una de cowboys y una de ciencia ficción, todo a la vez.

Muchos enfermos sabemos todo de VAF, quisimos ser como Marty McFly, quisimos salir con Jennifer, su novia, quisimos tener un vecino en el barrio tan grosso como el Doc, quisimos que papá se comprara el DeLorean en vez del Sierra o el 504. Las mujeres, está claro, encontraban en Michael Fox el novio ideal, canchero, divertido y con estilo.

Pero concentrémonos, si algo diferencia a esta película del resto, que la hace única y particular, como todas las grandes historias, es que inventa un mundo con reglas e identidades propias. Que incluye personajes definitivos como George McFly, Biff Tannen o Mr. Strickland, quien simboliza el paroxismo del pelado botón. Una ciudad de fantasía en un lugar posible, California, llamada Hill Valley, un chiste que juega con la idea del no lugar, “valle de colina”, algo así como “la noche clara”, un oxímoron. Ideas propias de esos clásicos que hacen divulgación de la ciencia (ficción) con genialidades como El Condensador de Flujo -que hace posible trasportarse en el tiempo- o la medida de electricidad jigowatt (que en verdad es gigawatt). Pero especialmente el mundo se muestra en la presencia de objetos fuerza que trascienden la ficción y pugnan por ingresar en la vida real: hablamos claro de las Nike que se autoajustan (recientemente lanzadas en el mundo real con el nombre de Air McFly), el chaleco que se seca solo, la corbata doble, la patineta que vuela y el mismo DeLorean, que trascendió al auto inicial.

VAF y la música
Las películas están atravesadas por el rock, Huey Lewis, creador del hit The Power of Love, leit motiv de la primera película de la saga, actúa de maestra jurado (?) de un concurso de bandas al que Marty quiere probarse con su grupo Pinheads, que ejecutan una versión garagera del mismo tema, que el músico, travestido de actriz vieja, desestima al grito de: “¡Suficiente, lo siento chicos, es demasiado ruidoso!”. También aparece Flea de Red Hot Chili Peppers en la 3 manejando una camioneta en la que busca correr una carrera con Marty. La legendaria banda ZZ Top toca música sureña, hipnótica y genial, en aquel Hill Valley de 1885. El toque definitivo lo da Marty cuando en 1955 en el baile The enchantment under the sea toca un tema junto a la banda de Marvin Berry (¡and the starlighters!). Marvin no puede tocar porque se jodió una mano. Cuando escucha a Marty ejecutar la guitarra llama por teléfono a su primo Chuck para decirle “ese es el sonido que tanto estuviste buscando”. El tema, “a sus hijos les va a encantar”, que hizo Michael Fox es Johnny B. Goode.

Advertainment
La presencia de marcas en las películas es llamativa e inició una tendencia que hoy se repite en films como El Náufrago -que fue pagada entera por FedEx y Wilson- o ese adefesio llamado El diablo usa Prada. Sin embargo en VAF las marcas forman parte de la atmósfera logrando que sean parte indisoluble de la historia, y tomando un protagonismo a mitad de camino entre lo original y lo gracioso: ahí está el Marty de 1955 llamado Calvin Klein por la etiqueta del calzoncillo, la Pepsi que no se conseguía free en 1955 y que sale de un tubo en 2015, las mencionadas Nikes ajustables (con la que todo niño sensible soñó), las camionetas de birra Miller o las estaciones de servicio Texaco, entre otras, como Mountain Blue, At&T y Burger King y la sinergia entre Black & Decker más Pizza Hut, que en un futuro no tan lejano (prontito, en 2015) convertirá en dos segundos un circulito deshidratado en tremenda grande de muzza.

Todo está en los detalles
La historia está plagada de pequeñas anécdotas gigantes, como cuando el Doc, al comienzo de la 1, quiere probar la máquina del tiempo en la playa de estacionamiento de un supermercado. Cuestión que es impedida porque el flaco le robó plutonio a unos terroristas libios (?) y Marty se ve forzado a escaparse a 1955 y a esperar a que caiga un rayo sobre el reloj del juzgado. Bueno, ese lugar se llama Twins Pines Mall (Shopping de los Pinos Mellizos). Cuando llega al 55 y se mete en la granja de los Peabody mientras el hijo de la familia lee una historieta que recrea la imagen de Marty venido desde el futuro con una símil nave espacial deloreanezca, el padre lo corre a escopetazos y Marty sin querer se lleva por delante un pino, por lo que cuando finalmente vuelve al 85 el lugar pasa a llamarse Lone Pine Mall (Shopping del Pino Solitario). ¿Y cuando Marty se ve en la 2 a sí mismo en la 1 tocando la canción en el baile del encantamiento submarino, eh? Eso cambió nuestra vida, no sabemos en qué forma, pero nada fue igual después de ver a los dos Martys contemporáneos en un tiempo que no les era propio haciendo lo posible para poder volver al presente sin que sea alternativo.

Metafísica hollywoodense
Porque no nos olvidemos que está el presente alternativo al presente alternativo. Un 1985 alterno malo, al alterno bueno. Porque hubo tres 1985. La madre en la vida real se comió al viejo, a George, de calentona. En la realidad 2, mejorada, Marty (Calvin) se entromete y después lo fuerza a conquistarla por lo que el factor quién se levantó a quién mejoró las realidades de los cónyuges siendo que George no era ahora un pusilánime y Lorreine no chupa de lo lindo para ahogar penas. Y está el tercer 1985 desencadenado cuando el Biff de 2015 se mete en el DeLorean para viajar al 55 y darse a sí mismo un Almanaque de resultados deportivos que le permitió apostar infaliblemente a ganador hasta modificar el 85 contemporáneo convirtiendo a Tannen en el magnate de Hill Valley, dueño de BiffCo, con Lorraine más alcohólica aún (y con tetas hechas), George muerto y un Biff convirtiendo, como intendente, a esa ciudad de California en un país centroamericano, diferencia de clases abismal y las barriadas tomadas por la delincuencia.

Back to the set
Se filmó la 1 sin esperanzas de hacer una segunda, en cambio la 2 y la 3 se filmaron sabiendo de su continuidad y armando una historia que cierra por todos lados, por lo que la 2 tiene que retomar cosas de la 1 que no fueron pensadas y vueltas a grabar. La desventura mayor de la 1 a la 2 fue tener que cambiar de Jennifer por que la actriz original dejó la actuación. Cuenta Zemeckis que la idea de que al final el DeLorean vuele fue un chiste, que terminó resultando un hito del futuro. Cuando el auto carretea alejándose, retoma, levanta vuelo, vuelve en el aire y se estrella contra la pantalla con las letras Back To The Future sobreimpresas en rojo y amarillo... eso, para un pibe de 10 a 15 años, faaa, qué turbulencia emocional.

4 comentarios:

Lic. Baleno dijo...

Que pelicula atractiva! MJF con la campera de duvet sin mangas, los padres estereotipados, no se fue al carajo ni siquiera cuando se fue al viejo oeste (una apuesta arriesgadisima) es una de esas peliculas que uno siempre mira si esta ahi. Me pasa lo mismo con "El amanecer de los muertos"...

nahuel dijo...

definitivamente la 1 es la pelicula que mas vi en mi vida.
completamente recomendable el documental que viene con el set de dvd.
bizarro al punto de que uno de los tecnicos dice que la patineta voladora es real, pero la nasa no lo quiere largar.

B-K dijo...

es al pedo pero no puedo con mi genio: Watt es una medidda de potencia, no existe algo asi como una medida de "electricidad"

El Delorean era un auto de ciencia ficcion en si mismo, tenia motor rotativo, era de aluminio etc..

En la parte de la musica, tambien esta la parte que le hace escuchar Van Halen al padre, con la intencion de parecer extraterrestre.

En fin peliculon

Mauri Kurcbard dijo...

Es “a sus hijos les va a encantar” o " “A sus hijos los vovlera locos”?

Es de destacar la influencia de Fredric Brown y "Universo de Locos" en las 3 hsitorias de VAF.
Saludos.