botineras

Marcelo se tomó un avión la semana pasada, lo supo el comandante de abordo y lo felicitó por altoparlante. Todo el avión, al saberlo, lo aplaudió de pie. Más allá de los estilos de juego, la singular simpatía que el Loco Bielsa despierta, emociona -no sólo para los amantes del fútbol- por su integridad y su capacidad de trabajo. A Bilardo nadie lo aplaude ni con dos finales del mundo encima y dudosos operativos clamores con mejor organización que la Coalición Cívica.

Román aguantando. Aguanta todo, pelota, críticas, mochilas, familia, livings de Susana, compañeros sediciosos, insultos, frustraciones. Aguanta, pone la cola, se cae, no se cae, se cae, no se cae. En un pierna, cansado, contra todos los males de este mundo, con temperatura estival, aguantando, contra la cancha más grande del país de visitante, con un tipo menos, con el resultado primero en 0, luego arriba gracias a un pase de artesano, golpeando globos rojos, travesaños, ángulos, gargantas, ahumadas, pelotas. Aguanta, y con su peor cara de culo, pone la cola, para seguir aguantando.

Atlético versus Real, clásico madrileño, 1 a 1, 47 minutos del segundo tiempo. El hijo del Pipa Higuaín, el Pipita, 20 años, refuerzo inesperado, porque nadie lo esperaba, nadie le ponía una ficha, entre saviolas, raules, vannistelroys, robinhos, menos de 50 partidos en primera, de visitante, nacido en Francia, con un partido en la selección, agarra la pelota y le dice a Rafael Van der Vaart. "Rafael, quieto; este penalti lo tiro yo". 1-2.

Papu Gómez, Martín Morel, Mauro Boselli, Lucas Viatri, 101 puntos en el Gran DT, jornada inolvidable para Natanael Juniors.