haciendo que la gente se pelee

Claro que [Kirchner] es el Mal: la prepotencia, el autoritarismo, la ignorancia, el desconocimiento del mundo, las malas lecturas, la ambición, la frivolidad, la corrupción. Todas estas cosas favorecidas por una cultura política que hace infalibles a los jefes hasta que provocan un descalabro. Es una política en la que no hay más mediación y todo depende de la voluntad de un tipo acompañado por una banda de patoteros obsecuentes. Sí, es el Mal, sí. Y me da mucho odio. Sí.
Q[uintín]
Crítico todo terreno
La lectora provisoria

Para ciertos intérpretes oficiosos, los cortadores [de rutas] de hoy representan –según ese imaginario ideológico– la salud moral y física, la reserva ética, lo natural, lo simple, lo verdadero de la economía y del sentimiento de la nación. Todo lo demás es corrupción, populismo, intermediación, burocracia, estatismo, clientelismo...
Juan Sasturain
Página|12

Está todo el progresismo nac&pop ahí [En Sasturain], desde el fútbol a la adulación de los uruguayos y, en primer plano, el exilio sudamericano que fusiona militancia, literatura y picaresca. Suena a Soriano, suena a Fontanarrosa, suena a Solanas, suena a las historietas que escribió Sasturain para Breccia. De hecho, la intriga [del libro "Los sentidos del agua"] gira alrededor de unas novelitas de guerra símil-historietas, cuyo contenido es de un fascismo ambiguo. Sasturain no escribe mal, es fluido, pero también cuadrado, seguro y previsible, un habitante política, estética y vitalmente correcto del mundo literario-periodístico-intelectual-deportivo de las últimas décadas argentinas que tiene como lema no dudar nunca sobre su lugar en el mundo y afirmarlo permanentemente.
Quintín