Siempre me sorprendió que alguna vez Leonardo Favio haya sido un cineasta popular, principalmente porque sus películas son raras y pretensiosas. Son difíciles de ver y muchas veces ni siquiera son buenas. Nazareno Cruz y el Lobo (1974) está entre las películas más vistas de la historia del cine –quizás sea la más vista-. Reunió la friolera de 3.500.000 de espectadores. Juan Moreira, de 1972, no se queda atrás (o sí): metió 2,6 millones, que siguen siendo un montón. A sólo fines de comparar, y estirando el patrón de medida, porque la realidad hoy es otra, en 2007, las 15 películas argentinas más vistas sumadas convocaron 2.700.000 almas. La película que más señoritas y muchachos acopió durante todo el año pasado fue Una noche en el museo con Ben Stiller; algo menos que 1,3 millón, la mitad de un película de Favio en los 70’s.
Hace 14 días se estreno Aniceto. La Niña Santa me acaba de contar que no la dan más en los cines. Lo primero que pensé fue ‘le fue re mal’, pero no le fue tan mal, veamos.
La semana del estreno se exhibió en 30 salas. Se ubicó en el décimo lugar con 15.000 espectadores, más o menos 500 personas por copia. Sorprendentemente la semana pasada en capital sólo se dio en dos cines: el Gaumont y en Atlas Lavalle. Desde ayer, dos semanas después de su estreno, no la dan ni en el Tita Merello. Y no es una forma de decir. No la dan en ningún cine ni de capital ni del interior. Es tan raro que hasta me da una mala sensación teniendo en cuenta que con toda la propaganda ¿De quién es el portaligas? de Fito Páez metió 31.365 espectadores en todo 2007. No tengo datos de la segunda semana pero serán -siendo pesimista, ¿en dos salas 2.000 más?-, pongamos, 17.000 espectadores. Eso ya da más de la mitad que la película de Páez en todo un año. De cualquier manera estamos a años luz de lo que convocaba Favio en la década del 70, casi matemáticamente.
Siempre me sorprendió que Leonardo Favio haya sido un cineasta popular. Ahora no lo es, es evidente. Pero, ¡cómo cambiaron las cosas! En 36 años le quedó un 0,5 por ciento del público respecto a Nazareno Cruz y el Lobo. Increíble, ¿no? Al que le quepa el sayo sociológico que me lo explique.
10 comentarios:
Estimado Natael, los numeros son para otras cosas, Favio es un artista con mayusculas y el arte no tiene ni numeros ni precios ni nada que se compra en gondolas de super.
Saludos y buona fortuna tu blog es muy bueno.
PD: Leonardo Favio además de todo es Peronista carajo!
Se me ocurren varias reflexiones desordenas y desprolijas... Primero, el gesto de Fabio en Aniceto es, sin duda alguna, arte. Y lo digo aún sin haberla visto (y lo lamento, ahora más después de ver ese tantiúnico fotograma). La reflexión "sociológica" es recontra interesante. No sólo por las conclusiones sobre nuestra bapuleada contemporaneidad, sino por lo que me atrevería a llamar el fenómeno "en reconocimiento". Hubo mucha discusión, al menos en la web, sobre si la peli era buena, mala, buena pero no tanto, mala pero no tanto, y toda la discusión estuvo cruzada por si el crítico quiere, puede o debe hablar bien o mal de Fabio por lo que Fabio fue, es o está (dato contextual de absoluta y negra estrechez mental). El hecho de que las salas que sostienen durante meses cualquier película sólo por ser de producción nacional la hayan sacado de circulación después de dos semanas dice menos de la película y de los espectadores que de las propias salas (y con ellas de todo el fenómeno de la exhibición cinematográfica). (Estuve a punto de decir en Argentina, pero me dio vergüenza a tiempo darme cuenta de qué apenas podría hablar por Buenos Aires...)
(Oooootro tema: ¡Pavada de banner, eh!)
I ezcrivo bapuleada porke desidí zer Dadá...
Una guachada que la bajaron, me quedé con las ganas.
Salud,
J
(btw, el banner nuevo, es selente!)
quién es sino Favio, el verdadero emo peronista?
muy grosas las pelis de Favio... lo banco a muerte.
no ví Aniceto, pero no me importa. Lo banco.
Este blog está pasando por uno de sus momentos de gloria, si no no se explica cómo un post de LEONARDO FAVIO puede llegar a tener ¡6 comentarios! Todo bien con Leonard, con sus pañuelos y sus excentricidades (sobre todo a la hora de cumplir años, lean la nota de Radar de hace dos o tres domingos atrás), pero ya fue. Sólo puede volver a ser bajo un gobierno como el actual, que una vez pasado el rato, ya no tendrá más lugar entre el público el pobre de Favio.
Aniceto es visualmente muy bonita. Es una verdadera obra de arte que tiene nada más que un error conceptual: la historia es floja. Pero lo original de la (a)puesta garpa más.
Thanx for la cita.
En realidad sí es una cuestión matemática (claro que dejando un poco de lado los caprichos de los exhibidores).
Con esa cantidad monumental de copias que tuvo Aniceto, la media para continuar en pantalla es muchísimo (pero muchísimo) más alta que 15000 espectadores.
Al no cumplir con la cifra la sacan de cartel sin más. Quedan en el Gaumont, Tita u otros porque tienen el beneficio que da el circuito alternativo del INCAA. Despues de esa segunda semana en carteles "alternativos", se bajal.
Es asi.
No sé con cuantas copias salió Fito, ese sería un dato fundamental.
Es una pena. A mi me encanta Favio.
yo la vi, me gusto, y la recomende, pero la verdad que; en mi entorno careton ninguno me hizo un guiño.....
Sontodospuuuuuuuu....
Abrazo
No sé las copias de Fito, pero imagino un proceso similiar en cantidad de copias, pero seguro estuvo más días en cartel y más días en el circuito del Incaa.
Es una pena lo de Aniceeeto.
Los dejo con una reflexión del buen Leonardo:
Fuiste mia un verano.
No, esa no; esta:
Hoy hay de todo como en botica, gente brillante que no hubiera tenido ninguna posibilidad de filmar hace tiempo (...) Pero en toda Argentina hay casi 20 mil alumnos de cine, así que si no salen cuatro o cinco tenemos que incendiar el país.
Saludos a todos y gracias por hacer que este blog pasé un "momento de gloria" ja ja.
En primer lugar, tengo la idea de que la calidad y la cantidad no van necesariamente de la mano. Una cosa buena no necesariamente es exitosa, y viceversa.
Además, hay otra cuestión.
Hace 40 años, cuando Favio llenaba salas, había cuántos directores nacionales? Diez? Quince? Ahora llueve y sale flotando una multitud palermitana de estudiantes de dirección de cine, que creen que la vida es un guión de David Lynch.
A la hipermultiplicada oferta, agregale el hecho de que la idea de diversión cambió radicalmente en estas últimas décadas. Hace 40 años, la fecundación in vitro era ciencia ficción (gracias, Clarín); ahora se lo hace hasta la señora de la panadería. Entonces una obra como Aniceto, más allá de su calidad artística, no resulta una atracción divertida.
Y, personalmente, el bailarín principal me cae tremendamente mal.
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