Pero íbamos a hablar de la melancolía.
Cuando la claridad
suelta viejos leones dorados en la mente,
viejos leones tibios que cruzan con sigilo
el corazón azul del alumbrado.
El corazón azul del alumbrado, Benjamín Prado
La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo, señora,
y él sentía tirones detrás del corazón.
A lo mejor era el tabaco,
de todos modos yo soy otro:
un pedazo de ti,
alguien a quien castigan puertas, ruidos, teléfonos,
y, andá a saber por qué,
toda la parentela de la muerte.
En la fecha, Juan Gelman
2 comentarios:
Eres un grande, cada vez que veo lo que posteas me alucino a morir.
Re-fan
Milagos
qué grande es Benjamín Prado y qué grande la minoría que le seguimos devotamente.
yo le disfruto cada día y me gusta compartirlo, acá
benjaminprado.blogspot.com
con perdon!
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