31.1.07

jodido

Para mi último cumpleaños uno de los regalos que recibí fue Días de ron de Hunter Thompson; un presente de hermano no-nick acompañado por una postal hermosa de Evita. Siempre quise leerlo. En ese momento estaba anclado en Inconcebible, un libro de Ben Elton (Popcorn). Recién pude terminarlo en los primeros días de enero, era bastante insustancioso, pero lo logré.

Hunter Thompson se suicidou com um tiro de espingarda na cabeça em 20 de fevereiro de 2005. Ele deixou um bilhete em que se mostrava deprimido e sofrendo de terríveis dores após uma cirurgia na região da bacia. Seu corpo foi cremado e as cinzas foram lançadas ao céu por um pequeno foguete, em uma cerimônia bancada pelo ator Johnny Depp, seu amigo e que interpretou o personagem Raoul Duke na versão para o cinema de Fear and Loathing in Las Vegas.

Una vez finalizados los días de ron agarre un libro que había comprado hace mucho –a partir de una nota de Mariana Enríquez en Radar, en la que contaba que en librerías de saldo había una obra maestra escondidilla-. Se llama El amo del corral, de un tal Tristan Egolf.

Ahora, días después del suicidio de Tristan Egolf a los 33 años, muchos se preguntan si las presiones y expectativas generadas por la maquinaria publicitaria que rodeaba al escritor contribuyeron a su decisión de pegarse un tiro en un departamento de Lancaster, Pennsylvania; pero no hay teoría que pueda explicar el dolor ajeno, y los pocos allegados que hablaron con la prensa, admitieron que el autor estaba deprimido desde hacía más de un año.

Terminadas las desventuradas aventuras de John Kaltenbrunner, el amo del corral, me armé de valor y compré una novela de más de 20 pesos: hacía tiempo que quería leer, a partir de las más variadas recomendaciones, La conjura de los necios, de John Kennedy Tool.

Toole se suicidó en el 26 de marzo de 1969, después de desaparecer de Nueva Orleáns, poniendo un extremo de una manguera de jardín en el tubo de escape de su coche y el otro en la ventanilla del conductor. La nota de suicidio que dejó fue destruida por su madre, que hizo declaraciones confusas sobre sus contenidos generales. Fue enterrado en el cementerio Greenwood en Nueva Orleáns.

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El Ignatius Reilly de John Kennedy Toole

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Hunter Thompson, o Paul Kemp

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Link: Ilustraciones de Antony Hare

4 comentarios:

Martín Zariello dijo...

Yo leí Días de ron hace un año y medio más o menos. Me gusto el libro. Después Hunter se mató. Fue el creador del periodismo gonzo y ahora mismo se esta filmando la película de Días de Ron (con Deep). Los otros dos autores no los tengo. Saludos.
Otros autores suicidas: Hemingway y Arguedas, el mejor de todos, que estuvo toda una novela -El zorro de arriba y el zorro de abajo- diciendo que se iba a suicidar y finalmente lo hizo.

caca dijo...

El oficio de escritor debe ser el que tiene el mayor porcentaje de suicidas. Inclusive se podría decir que para ser un buen escritor no hay que morir de viejo, como Sidney Sheldon. Lo que me sorprendió ese esa afinidad mía última por ese tipo de literatura. Me sorprendí además porque fue absolutamente involuntario. Inlcuso, cuando leí en el prólogo de Toole lo del suicidio abría tan sonoramente la boca en el subte que todos se dieron vuelta. Dije: "Uuuuh..."

Además hilando finito, Thompson es autobiográfico en Días de ron con su Paul Kemp; John Kaltenbrunner corre la misma suerte suicida; y no sé todavía el destino de Ignatius Rising pero no le deparo un happy end.

Además me enteró leyendo boludecer por ahí que El amo del corral fue escrito bajo la marcada influencia de La conjura de los necios. Y me tapó el agua.

De hecho los tres libros son muy similares en lo loser del protagonista, la mala suerte que les acecha, la poca esperanza de subsistir y el permanecer y transcurrir de su poca honra a la vida.

caca dijo...

Ignatius Reilly, perdón.

Anónimo dijo...

Natanael me toma para la chacota.