5.8.05

burton

Ayer había pensado en escribir sobre Tim Burton. Pero fue ayer, y no lo hice. Ayer hubiera escrito algo bueno; hoy, no. De todas maneras esa horda silenciosa de posibles lectores de mi blog me exige que posteé algo nuevo. “Nos aburrimos”, “queremos saber más de tu mundo” o “quiero seguir comprobando que no tengo nada en común con tu pensamiento”; frases que dicen mis incomprobables seguidores a menudo en mi cabeza.

El punto es que se sumaron varias cuestiones que tienen que ver con Burton.

Lo primero que quiero destacar es: cuanto más lo frecuento a Timothy, más me gusta. Extrañamente siempre postergo ver cosas de él, por alguna razón que me excede. Por ejemplo, nunca había visto The night before christmas. Mi hermano me prestó el dividí y no soporté terminar de verla. Fue el miércoles pasado tipo 2 de la mañana. No sé por qué la paré y me dormí, pero supongo que fue para diseccionarla más, y ver como me va pegando: como autoindicarme un medicamento experimental e ir probando las reacciones que me produce. Ojo, ya tenía bajadas de Internet las canciones “What’s this” y “This is halloween”. Muchas veces hago eso, consumo información periférica al todo central, que desconozco. Nunca pasó, pero podría tener pegado un póster de La naranja mecánica en mi casa sin haberla visto. Es más, prometo comprarme ese póster antes de verla.

Luciano una vez me regaló La melancólica muerte del Chico Ostra pero se la presté a Poli y más nunca me la devolvió; incluso llegó a creerse que se la había regalado: Delírium trémens (se la tengo que -volver a- pedir, ¡era mi único libro de Anagrama!).

Siempre relacioné a Tim Burton con Billy Corgan. Smashing Pumpkins para mí hace una música afín con Burton. Arbitrariamente, la Batman en la que los calabazas meten Beginning Is the End Is the Beginning (y viceversa) es la que dirige Joel Schumacher, y no Batman ni Batman returns, las dos que dirigió Burton.

Bueno, vi 30 minutos de Jack. Pero además me recomendaron en este espacio virtual un libro de Dahl que, finalmente, terminó siendo el noruego escritor del cuento “Charlie & the chocolate factory”, con el que Burton hizo la película homónima que se estrenó ayer y que parece que la parió Dios y que tiene sólo grandes críticas y colores hermosos y Johnny Deep. Bueno, el póster de Charlie… lo tengo pegado en el box de mi laburo desde hace 7 meses. Creo que postergaré ver la película lo más que pueda, fiel a mi desinterés por ver a Burton (no da ver 20 minutos e irse del cine).

Ed Wood no me gustó tanto. El joven manos de tijera es mi primera y última película favorita. No conozco a nadie –a nadie- que no le haya encantado –encantado- El gran pez.

Tengo bajados dos emepetrés de Danny Elfman de EJMDT. Pero la música no me hace acordar a la película, me hace acordar a la película Como me gustaría ser negro, de García-Moro-Satragni. En 1990 mi papá me llevó al cine a ver a Edward Manostijera y como mi hermano ese día había escuchado un casete de grandes éxitos de Charly toda la mañana, se me pegó. Y mientras salíamos por la peatonal Lavalle, en vacaciones de invierno, del cine Atlas, y doblábamos por Esmeralda (al norte, pa`l lao de Retiro), recuerdo como mi mente mezclaba a Edward, haciendo llover hielo por los ventanales del alma, con la música de Charly (y no la de Elfman), “si yo fuera un ciudadano de primera, amparado por una constitución, yo te podría decir que me cago en tu amor y que me gustaría ser negro”. Después, más grande, la volví a ver unas 15 veces -una vez la vi en O’Globo en portugués, cuando el primer cable, ese que tenía gratis HBO-.

Sobre EGP diré que la vi en el Abasto. Y que después de verla vi Lost in translation -con mal de amores y todo- y con sólo un intermezzo de 10 minutos entre una y la otra. Ah… y era domingo y por la tarde.

A no olvidar que en septiembre se estrena The corpse bride, largo de animación con estética similar a la parte del Halloween de The night..., del propio Timothy.

Rising to the occasion.

5 comentarios:

Apollonia dijo...

Qué lindo post. Y voy a decir lo que digo siempre -odiame, no me importa-: el comienzo de Sleepy Hollow, con las letritas de los títulos cayendo como hojitas secas... increíble.

(El Jinete... la vimos juntos ¿y ese mismo día vimos 'el cubo'?)

caca dijo...

Burton te debe dejar con ganas de ver más cine, por eso siempre veré dos películas cuando veo una se él.

Sobre Sleepy, coincido con eso del color, pero siempre es ese gótico color hermoso -y se destaca además esas herramientas timburtianas con las que Johnny inspecciónalo todo.

Mars attacks! la vi sin demasiada atención, era chico y ni siquiera sabía que era de Burton entonces, supongo. La veré de nuevo.

Ah... y decir que El planeta de los simios es una mancha en su carrera es importante de decir.

Anónimo dijo...

Comparto todo lo que dicen de Burton que es un director increible. Lo de el planetea de los simios (aunque la verdad que la peli vale por la fotografia que tiene) es una mancha, definitivamente, no puedo entender como le salio tan mal...

caca dijo...

Es mala "El planeta de los simios", le di dos oportunidades y no hay caso... además le falta el final glorioso de la película original: la estatua de la libertad semienterrada en la arena.

En su lugar está el ¡Lincoln Memorial!

Anónimo dijo...

he llegado hasta aqui por el corvino,no recuerdan las aventuras de pee-wee?..eran buenisimas.
Las demas opino muy parecido a ustedes,el Planeta de los Simios,no me gusto tampoco,el Gran PEZ ,es muy linda,pero Eduar se sigue llevando los premios..Cin o chulis