14.7.05

pista x pista

Hoy: Verde paisaje del infierno. Los Piojos.

El farolito discos. 2000.


Nota: Quinto disco de estudio de la banda de El Palomar, que, a mi entender, es injustamente criticada; supieron hacer grandes canciones (con lo que eso implica).

María y José. Un candombito rock con una de esas pianolas de afilador en el instrumental intermezzo. “Las madres no queremos héroes: traiganmé pacá a mi Ramón”, dice la letra en este revisionismo bíblico del advenimiento del Mesías adaptado al latinoamericanismo profundo. Fue el primer corte; no es, sin embargo, la mejor canción del disco, como siempre pasa con los primeros cortes. Me pregunto desde siempre quién elige los temas de lanzamiento y con qué criterio lo hacen.

Labios de seda. Guitarra con slide y armónica; típica canción piojosa. “Dame nena dameló”, eso; Andrés Ciro es, se dijo ya en AC, el nuevo Sandro; pero, además es, y hay que decirlo de una vez, el único cantante vivo de una banda de rock argentina con un buen estilo para interpretar. Su fraseo es excelente y sus uopatas hacen de un montón de pibes bardo, un aula de jardín de infantes, que repiten lo que se les dice.

Luz de marfil. Intro musulmana, medio shakiriana, para dar entrada a otra cancioncita típica: estrofa-estribillo-estrofa-puente-estrofa-estribillo- corodeborrachos. Lo último habrá que agradecérselo –otra cosa más- a Andrés Calamaro, que inventó el fade out con ebrios disfónicos.

Vine hasta aquí. Letra y música de Daniel Fernández, Piti. “Y lo mejor que me pudo pasar en el viaje fue mirar el paisaje y seguir”, desliza Ciro. Solo de guitarra intermedio. Una canción que demuestra lo anteriormente expuesto, hicieron tantas canciones buenas que se permiten que “Vine hasta aquí” naufrague en el olvido. Junto con las dos canciones anteriores redondean un set de temas tranquilos, lindos, bien hechitos.

Globalización. Primer alegato político de un disco bastante “comprometido”, con todo lo poco bueno que un artista puede ser cuando quiere ser un artista politizado. No es una inmersión feliz en los caminos de la canción de protesta; es demasiado directa y chata. Le quita brillo al lustre del disco. Pero siempre ponen algo que arruina sus discos, siempre les falta sacar algunos temas para hacer un todo más conceptual.

Fijate. Canta, escribe y musicaliza Miguel Ángel Rodríguez, el bajista. Es un tema absolutamente pop. Se extraña la voz de Ciro, la melodía está bien pero falta consistencia en la interpretación. Lo que sí es bonito es el arte de tapa del disco: sin desperdicio. ¡Y no es de Alejandro Ros!

Reggae rojo y negro. No es el mejor disco de Los Piojos. Voy a terminar dándole la razón a los detractores, pero este tema tampoco es bueno. Con la salvedad que no me gusta el reggae, pero, a su vez, la letra, con ínfulas sociales, tampoco es feliz. Es difícil el oficio de la canción de protesta artística, ¡hasta hay veces que León Gieco hace agua! Sin embargo, al final del recorrido por este Verde paisaje del infierno, encontraremos una perla, en ese sentido.

Ruleta. Excelente canción por donde se la mire. Ruleta es una canción que envidiaría hasta el gran Andrés. “Sobre mi calle estás si yo ya te coroné”, dan ganas de comprarse un micrófono y un espejo de dos metros para cantarla imitando al otro Andrés, a este. Rockito suave, casi no es bailable: pega en el palo. Ciro canta tan bien que te estimula a imitarlo.

Morella. Ricardo Mollo, invitado en el disco, consigue con este tema un extraño récord: ser el guitarrista que más veces homenajeó a Jimmy Hendrix. De todas maneras se las ingenian para darle una onda propia. Es un rock cuadradito, sí, pero bueno: de esos que escasean. Al palo. Inspirado en un cuento de Edgar Allan Poe. Otra vez Ciro canta bárbaro. Estoy empezando a darme cuenta que este muchacho precisa un productor como la gente y una carrera solista con músicos de estándares. Sería el fin de lo multitudinoso, pero le daría calidad y dimensión a sus virtudes. Mollo hendrixea hasta el final. Basta de la mentira Divididos. Eso que preguntó retóricamente alguna vez Roberto Pettinato: “¿Les dicen la aplanadora del rock porque aplastan tanto la música que suena todo igual?”. Bueno acá se tomó Ricardo algunas licencias divididas.

La luna y la cabra. Canción pop con imágenes surrealistas, bien sencilla. Una cabra que se enamora de la luna. Está bien. Pero se sabe que esa no es la especialidad de la casa. “Solita en el cielo no vas a estar”, dice Ciro que dijo La Cabra.

Media caña. Al fin una canción rock piojosa; lo que mejor les queda. Recuerdan a Los Redondos, con todo lo malo y lo bueno que tiene eso: lo bueno es que los temas cierran; lo malo, las letras crípticas -iba a poner la “poesía”, pero les queda ancha la palabra- y los riffs robados (y la ideología, además, en el caso de los platenses)-. No te engancha a la primera oída pero se va complejizando con las reiteradas escuchas y los wa-wa’s submarinos.

Mi babe. Este tema, en el disco, está ilustrado con una foto de una señora sumamente bonita, con pinta de diva hollywoodense de los ‘50. Se parecen a Viejas Locas… pero sin la frescura del Pity. Algún día se deberían dejar de escuchar a los Rollin’stones. Ya hay muchos que lo hacen; ustedes están para otras cosas. Quizás la peor canción de toda la historia de Los Piojos.

Merecido. Excelente interpretación de Ciro cantando con un megáfono debajo del agua. Sí, es cierto, tendría que haber criticado “Azul”, que es mejor disco. Este tema tiene un puente de hip-hop que suena al Luciano Jr. de Los Fabulosos Cadillacs del disco El satánico Dr. Cadillac.

San Jauretche. ¡Por fin! Está canción es tremenda. Ciro, sin adjetivaciones. Un carnavalito rock, lo que mejor le sale a Mollo. Retoman al pensador peronista y lo llevan a los pibes, que empezaron a leerlo gracias a este tema. “Sarmiento y Mitre entregados a las cadenas foráneas. El Sillón y Rivadavia hoy encuentran sucesores. ¡Qué me van hablar de amores y relaciones carnales!, todos sabemos los males que hay donde estamos parados. Por culpa de unos tarados y unos cuantos criminales”. Coro de borrachos. Canción adrenalínica. Vale el disco -junto a Ruleta-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fijate, me conmueve
Detras de Luz de Marfil hay algo mas que mera inspiracion.
Ruleta es lo que dijiste y mas porque nombra a Comodoro, y ellos me ¨hacen sentir que mi pueblo es algo grande¨
San Jauretche es una joya, es un resumen espectacular de la historia argentina en la epoca de la generacion del 80 y tiene lo que tiene que tener para incitar a que la libido jovenil se libere en un pogo violento.
Eso si Jauretche no era peronista, en sus principios era Yrigoyenista incluso se dice que defendio a este a punta de pistola, el viejo. Despues, si este personaje tipicamente argentino sento las bases ideologicas del peronismo y acompaño a Peron en su gobierno, pero origenalmente era radical