Centrarse sólo en los aspectos psíquicos de las depresiones es reduccionismo; centrarse sólo en los aspectos biológicos es reduccionismo. (...) Los éxitos de la biología molecular han generado un triunfalismo arrogante y la convicción de que la genética puede explicar la condición humana e incluso modificarla al grito de “dadme un gen y moveré el mundo”. Los sujetos serían así robots torpes, sometidos a las órdenes de una molécula maestra cuyo objetivo es la autorreplicación. (…) Hay genes para justificar cada aspecto de nuestras vidas (…): genes para la salud y la enfermedad, para la criminalidad, la violencia, la orientación sexual “anormal” y hasta el “consumismo compulsivo”. (…) A los neurogenetistas curiosamente ni se les ocurre buscar las “causas” genéticas de la xenofobia, el racismo, la delincuencia de guante blanco o la corrupción. (…) Los sujetos no son espíritus libres restringidos solamente (…) por los determinantes socioeconómicos. Pero tampoco son máquinas replicadoras de ADN. Son efecto de una interacción constante entre lo biológico y lo social a través de la cual se construye la historia. (…) La depresión no existe. Sólo existen los deprimidos.
Por Luis Hornstein, del libro Las depresiones.
Por Luis Hornstein, del libro Las depresiones.
1 comentario:
Lo único que nos faltaba es un sicólogo hablando de biología molecular y genética: con toda la onda, que primero estudien una neurona y hablamos después...
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