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31.7.09

not just a mint, it’s a tic tac

Me compré al por mayor una pack de 12 tic tac de naranja. Como con los Beldent mentolturbo, compro tan a menudo que me conviene ahorrar al por mayor. La cosa es que me puse a mirar detalles de la producción y demás pavadas, que siempre miro, por otra parte. Lo primero que me causó gracia es que dice “artificialmente aromatizado”. ¿No había otra forma de decirlo? ¡Un eufemismo, chicos! Y de ahí me fui a la industria.

La mayoría de las golosinas que consumimos son argentinas, pero las argentinas son feas, en su mayoría. Las cosas más ricas son de Uruguay, Brasil y México, en ese orden. O directamente importadas del primer mundo, pero son un lujo de free shop. Necesitamos una industria de golosinas de calidad. Y ya. Basta de Arcor como primera exportadora del mundo de caramelos. Basta de darle la tapa de la revista Fortuna y Apertura al Pagani centrado. Nadie con más de 6 años quiere comer caramelos. El pack de Tic Tac decía “industria ecuatoriana”. Okey, todo bien, me encanta que el compañero Correa además de las remesas tenga alguito de Industria pero ¿hacía falta que nosotros importemos Tic Tac de Ecuador? ¿No nos basta con las bananas? Y ahí yendo y viniendo por Internet descubrí algunas cosas que juzgo importantes y que comparto.

En primer lugar, Tic Tac es un producto de la empresa italiana Ferrero. Sí, la de los Ferrero Rocher. Y unos blancos, como de coco, nuevos. Además tienen los Kinder –huevos y demás para el infante- y una pasta que acá no es muy conocida pero es muy rica que se llama Nutella y que es lo que tiene adentro de la bolita del Rocher, el equivalente al líquido amniótico de la avellana. Nutella es la pasta que invento un tal Ferrero hace unos 60 años, que se le ocurrió industrializar y que deparó en que Ferrero sea la tercera empresa del sector golisineril en Europa y la sexta en el mundo, con gran penetración en Estados Unidos, plaza difícil.

Recordé que antes las píldoras (?) eran naranjas, ahora lo naranja traslúcido es el envase. Con eso deben haber ahorrado millones de dólares.

En Argentina se vender las variedades universales de Tic Tac, menta, naranja, menta fuerte, cherry y limón, no sé si alguna más. Pero hubo de todo en la viña del mundo del señor como Anís y Melón, haciendo punta, cuándo no, con los brasileros, sabores tropicales y mix de frutas.

También hay mini packs del tamaño de una moneda y Tic Tac 100 que son algo más grandes como un paquete de cigarrillos. Existe además una edición de luxe con cajuelita de aluminio.

Para terminar con esta reseña, recordé algo perturbador: todos los productos de Ferrero que se venden en nuestro país tienen esos comerciales universales con voces mal puestas y looks no pasados de moda, ¡inexistentes en nuestro país! Los de Kinder, los de Tic Tac –que son horribles-, los feísimos de Ferrero Rocher, que hablan un francés peor que el mío.

Alguna vez escribí un cuento malo (qué bueno es verte sonreír, uh) sobre un tipo que trabajaba de analizar publicidades y decir si los spots podían funcionar o no (De cómo Andrés transformó su atípico don en una actividad rentable logrando posicionar productos en la canasta básica sólo acudiendo a su extraordinaria sensibilidad). Sin querer, Andrés, a los dos spots que arruina, de los trillones que hay, son a una publicidad de Tic Tac y a una de Kinder.

Dos fragmentos.

Pero hubo una época que aprovechándolo a Andrés le poníamos cualquier cosa para que nos diga qué le parecía, para aprender nosotros también, desde su soberbia sensibilidad. “Es un genio. El tipo que pensó que podía ser buena la imagen de unos oficinistas salidos de Melrose Place que empiezan a hacer un acto de Stomp al momento de escuchar el sonido del producto, logrando que toda una oficina se mueva a un ritmo africano y juculante, pletórico de felicidad, provocado por la pastillita, realmente, es un genio. No será un gran publicista pero quiero ser amigo de él.”

había que lograr que los padres crean que ese huevo era la mejor golosina para sus chicos. “Porque está muy difunditada la idea de que los chicos son los que deciden qué comprar, pero en realidad son los padres quienes deciden hacerlo o no. Los chicos pueden querer que le compren un pepucho, pero si los papás ven a los pepuchos como malos, no se lo van a comprar nunca, por más que pataleen o gruteen. En cambio si creen que ese pepucho los va ayudar a crecer sanos, a desarrollarse en libertad y a tomar las decisiones correctas, obviamente van a comprarle mil pepuchos al nene. Pero con el detalle esencial de que la franja etaria de entre 25 y 40 años está compuesta por padres jóvenes que crecieron comprando Topolín con sorpresa y chocolatines Jack. Pensé, si a esos padres que ya compraron al huevo porque es nutritivo y sano le agregás un juguetito, vamos a romper todo, vamos a ser un país consumidor de Kinder. Hice un clic. Mandé a llamar al cliente y le dije que hacía falta un jingle pegadizo de Raúl Parentella, con chicos lindos sonriendo y con padres que hagan todo por sus hijos. Porque el huevo no tiene que estar dirigido a los chicos sino a los padres. Tiene que ser una publicidad ochentosa encubierta, mendité. Y no me equivoqué”.

Los números hablan por sí solos: la campaña local en poco tiempo fue adoptada a nivel global por la empresa KinderGardtta. Kinder hoy es el huevo más comprado en el mundo, más aún que los huevos de gallina. Hay más compradores de Kinder entre las personas de entre 25 y 30 años que chicos que le piden a los padres el huevo. Se estima que hacia el 2027 todo el mundo conocerá al menos a un coleccionista de juguetitos de Kinder. Con ligeras variaciones, en países tan distintos como la Argentina, Portugal y Singapur se dice éste vive en un Kinder para expresar que alguien está desentendido de lo que sucede en el país. El 2009 será considerado por las Naciones Unidas como Año internacional del huevo Kinder con sorpresa.