Hoy Alfonso Prat-Gay
Alfonso es un nombre, digámoslo, feo. Mientras que en germano significa aquel guerrero totalmente preparado para el combate, en argento quiere decir hijo de familia históricamente acomodada. Y más si lo acompañamos con el apellido Prat-Gay.
El ex director del Banco Central es economista recibido con medalla de oro en la Universidad Católica. Con su correspondiente posgrado en los Estados Unidos. Su militancia política era desconocida para mí hasta que un amigo anteayer me comentó que Alfonso había sido parte de la Juventud Peronista. No me cerró, le dije que era casi imposible. Pero el insistió tanto que al final lo googleamos. “Ves, acá dice ‘su capacidad analítica y su compresión global de los fenómenos económicos lo llevó a desarrollarse profesionalmente en distintos cargos en J.P. Morgan’”. Le espeté: “No, animal. No era de la jotapé… era de la yipi”. Respiré hondo, y seguí: “Te aclaro que Morgan no es un barrio del Conurbano, por las dudas”. Aproveché su sorpresa, para soltarle todo mi conocimiento: “John Pierpont Morgan fue un banquero millonario de principios de Siglo XX. Fundó una de las empresas de servicios líderes en inversiones bancarias, servicios financieros, gestión de activos e inversiones privadas. Actualmente su banco es el tercero en importancia en Norteamérica. Bancos que son actores principales de esta crisis actual, que tiene en vilo al mundo entero”. Mi volví triunfal hacia mi amigo: estaba hojeando una revista Hombre vieja.
En junio de 2008, ayer nomás, un trabajador de JP Morgan Chase confesó de qué manera algunos de los principales empresarios de la Argentina mediante una cueva en la City porteña de ese banco enviaban al exterior capitales sin declarar. La investigación no prosperó. Prat-Gay ya era millonario antes de dedicarse a la gestión pública por sus servicios a ese banco. El recordado informe de la Comisión de Fuga de Capitales, cuyas cabezas más visibles eran Elisa Carrió y Graciela Ocaña, señaló entre quienes más habían fugado capitales, antes del corralito, a Alfonso, en el puesto 67. Giró 780 mil dólares. Y se fue de gira.
Hoy, paradójicamente, Carrió está embobada con el silver boy. No hay tribuna periodística a la que asistan juntos en la que Lilita no empiece a gemir mientras el joven de 44 años parlamenta atildado.
“Qué lindo que es. Qué bien habla. Qué pachurri”, suspira la líder de la Coalición Cívica, con agudos que le desconocíamos, destinados al primer candidato a diputado nacional de su fuerza.
3 comentarios:
Buenísimo
Excelenteeee, tendrá nombre feo pero es lindo, se sacaba puros diez pero para cagarnos a todos, en fin contradicciones....
jp...si a tu amigo le faltó la M, he aquí la cuestión. saludos.
encima alfonso me remite a ya sabés quién
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