Viva Hipólito Michetti o el Partido Vecinal

Cuando Mauricio Macri dice despreciar la política siendo jefe de gobierno del principal distrito del país podría juzgárselo de hipócrita, u oportunista, como muchas veces hice yo mismo, sobreestimándolo. Pero no, el tipo posta que desprecia la política. Extrañísimo procedimiento intelectual que hace el porteño que decide poner en cargos políticos a gente que la desprecia. Porque deberían saberlo ya que son el tercio iluminado frente el clientelismo político, la verdadera legitimidad urbana: no se puede hacer política despreciando la política, aunque con eso ganes una elección, porque te lleva de manera inexorable a la gestión menor y a los nulos acuerdos nacionales. Y eso es suicida para el partido nopolítico y para la gente que habita esas secciones electorales.

El Pro decidió a dos años de las presidenciables, si se confirma la idea de desdoblar las elecciones porteñas, convertirse en un partido vecinal con mayoría automática en la legislatura. Nada más. Porque para partido vecinal con proyección nacional ya está Hermes Binner. ¿Cuánto sacó el Pro en Catamarca?

Tan mezquina o torpe es la jugada del Pro para las legislativas que hará perder su única carta fuerte en una elección menor, a sólo fin de desbaratar un armado que propició el mismo Macri hace un mes en el Hotel Intercontinental con De Narváez y Solá.

Tan sin ponerse de acuerdo andan el colombiano y el payador perseguido que están a punto de dinamitar el acuerdo mínimo logrado: una foto y un tenso living de Majul. Tan sin acuerdo están que Macri amagó con anunciar que Michetti renunciaría a la vicejefatura de gobierno para presentarse a consejera deliberante porteña. Obviamente que Gaby destruiría a la oposición pero se quedaría con mayoría simple -y compleja- en la legislatura a cambio de no meter más de ¿cuatro? diputados en las nacionales.

Jugar a Michetti en las legislativas porteñas desdobladas es tener un cuatro de copas, un cinco de basto y el ancho de espadas y jugar este último en la tercera mano, pero cantando Truco en la primera. ¡Una cosa de locos, nene!

Ya se lo hizo hacer Telerman en 2007 cuando para las legislativas nacionales los porteños tuvimos que votar senadores y diputados a deshora. Macri hacía dos meses había convencido a 6 de cada 10 porteños de ser gobierno pero no logró levantar un estruendoso fracaso legislativo: Melconian no llegó al Senado y el triste aporte a diputados del vecinalismo del pro fue de 3 escaños –más Pinky en la Provincia-. Ya tenía 5. Tienen 8. Había hecho mejor elección cuando perdieron en 2005. Renuevan 5, vamos a ver si los sacan. Una locura realmente.

La otrora excelente jugada de Telerman parece que no hizo que los muchachos del Pro aprendieran algo de política y solitos ellos se meten a cometer el mismo error.

Salvo que quieran hacer jugar de nuevo a Michetti en octubre, lo que sería una jugada audaz, y por audaz, peligrosa.

Leí que quieren lanzar como primer candidato a diputado a un tipo que se llama Marcos Peña, que no lo conozco ni yo, que me interesa el tema, imagino el reconocimiento y afecto que le guardarán las familias de los barrios. Macri no pudo pasarle a un tipo formado como Federico Pinedo su caudal de votos en el momento de mayor exposición política del Pro. Menos lo va a hacer hoy con un candidato imposible y contra Carrió.

Carrió de lanzarse en la carrera a diputada por la Capital arrasaría dejándole al Pro, con suerte, exagerando, 12 diputados, y, siendo generoso, quizás alguno más de algún distrito del interior. Lo que posiciona a Ibarra, o Telerman, o al inexistente kirchnerismo porteño a mejor suerte en lo que importa, que es el Parlamento Nacional, porque, repito, ¡son elecciones legislativas!

El tipo quiere llegar a presidente en 2001 con 12 diputados en el Congreso y ningún senador.

Disculpenmé pero si votamos eso para el próximo período presidencial no quiero escuchar a nadie quejándose después de que el peronismo no deja gobernar a nadie en este país.

A este país por ahora sólo el peronismo lo puede gobernar -bien o mal- porque es el único partido que mira la política con ganas de hacer política y no como unas vacaciones raras o una aventura de no tan chicos ni tristes hombres, pero sí ricos.