Quienes estuvimos vivos y expectantes en el principio de los tiempos presocráticos de chachismo aliancesco recordamos con benemérita alegría a la desaparecida revista Tres Puntos (aunque no era tampoco gran cosa vista a la distancia). Yo la quería porque un amigo había pegado nota de tapa en los albores de sus estudios terciarios. Recuerdo, por ejemplo, que el sistema de críticas cinematográficas había sido cooptado por Quintín, un personaje reaccionario y elitista cuyo diminutivo nominal, al momento de señalarlo, relativiza mi respeto. Debiera llamarse Quintún, que suena más despreciativo, para dar real dimensión a mi visión sobre el aludido. Pero no quería hablar del Psicópata de San Clemente como lo denominó, parece ser, Tomás Abraham un tarde de agosto a la hora del tentempié, claramente ofuscado por alguna reacción propia del disenso antidemocrático, de alguien que se permite opinar, en general de manera burlona, de política, cine, literatura, poesía, fotografía y macroeconomía, sin que se le caiga una obra, como para comparar, digo.
Pero estábamos hablando de la Revista Tres Puntos, el típico producto periodístico semanal para la progresía, la patria clasemediera porteña que busca desmarcarse de los productos masivos. Como una Veintitrés, hoy, por decir algo.
Si algo realmente bueno tenía esa revista, era su tira humorística Visite Nuevo México, de El Niño Rodríguez entonces casi desconocido en Buenos Aires salvo por algunas ilustraciones. Recuerdo tener pegada en mi pieza, de adolescente, una ilustración de El Niño de la revista Viva, en la que un jovencito tenía un ángel y un demonio a sus lados, atribulándole la capacidad de acción mediante la dialéctica discursiva del bien y el mal que tan buenos resultados dio en occidente.
En esa tira aparecían muchos de los personajes que El Niño posteriormente retomaría en sus más diversos emprendimientos humorísticos. Y que hoy literalmente explotan en Crítica, que, ya dije, es lo único con un mediano de talento en ese pasquín opositivo. En VNM ya estaba Tony Torres, tensa clama, el notero sedicioso. Estaba Dios. Estaba la Familia Bolchevique (que se luce, de vez en cuando, en la revista Fierro). Estaba el votante del peronismo del conurbano, viviendo la vida al día, esquelético. Estaba el empresario neoliberal bebé. Pero también estaba el Perro Jesús, el marciano con cara de ojo, los cuatro jinetes del apocalipsis, y, el bobo estudiante de universidad privada, emisario del libremercado, que quizás ya sea hora de reflotar en Muy Lindo Todo!
A lo que venía, como un ayatollah de la generosidad, desde su blog personal, se pueden bajar los 4 tomos de Visite Nuevo México, hasta tanto se arrepienta: una fiesta para los sentidos.
2 comentarios:
Muchas gracias, Emo. Sólo tenía el tomo 1. Hay situaciones delirantes dignas que aun recuerdo y se me caen las pantuflas.
Este barrio se va a la mierda!!!
Mirá cómo eran los dibujos del Niño antes! Muy bueno. Amo a Tony Torres, me mata de risa. Es lo más corrupto y fanático que conocí!
Es tan bueno como la Niña, dicen.
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