Tuvimos una conversación con un empresario de Santa Cruz –le cuenta a Grondona uno de los autores del libro “Hablen con Julio”- sobre el armado de poder de los Kirchner y el rol de De Vido. Fue muy rica la charla, al final, como conclusión, nos dice que si se repite el modelo de su provincia en el país tenemos pingüinos para rato. Le digo que habrá elecciones en el medio. “Yo pensaba lo mismo y los tuvimos 14 años”, bromeó el empresario.
Claro –interrumpe Grondona, cordial- este tipo de armado político no lo hace alguien que se quiere quedar 4 años y nada más. Este sistema es para quedarse 20 años. Me acuerdo de una anécdota –busca complicidad Grondona, la encuentra- Fue en la presidencia de Illia. En esa época, recordemos, había un golpe cada dos años. Yo estaba conversando con un amigo –mira a Novaresio, sonríe-, uno de esos amigos que tienen salidas graciosas. Siempre quiero que los gobiernos terminen –se ataja, sigue-. En esa época además eran 6 años de presidencia, no 4 como ahora. Conversando con este amigo le digo que era saludable que Illia termine su presidencia. Él me mira y me dice: “sabés qué pasa. –Grondona mostró sus puños y fue levantando un dedo por vez, imitando a su amigo, contando- Tengo 63 años… ¡Golpista!”, -se río de la humorada y todos se rieron con él-.
“Viva Lanús; muera Chávez”, se despidió, más tarde.
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