- Hola Cacho, ¿cómo andás?
- Bien mi amor, pagaría por andar mal.
- ¿Cómo te fue en el teatro?
- No va que apareció el Genio.
- ¿El Genio?, no lo conozco.
- Sí, Armando, le decimos Genio porque cada vez que destapamos una botella el guaso no va que aparece de la nada.
- Je… dale… bañate que nos espera mamá.
- Me hacés acordar a ese negro que era tan bruto pero tan bruto que un día le pidió a la mujer que le alcance otro shampoo.
- ¿Por qué?
- Porque tenía a mano uno para cabellos secos y el culiau ya se los había mojado.
- Je… bueno, Cacho, apurate que nos espera mamá.
- Dice que había un morocho en Río Cuarto de esos grandotes que era tan puntual que tenía un problema grandísimo, se quejaba porque nunca había nadie ahí para reconocérselo. Apropósito le mando un saludo a todo Río Tercero, vamos a estar este jueves y viernes en el Teatro de
- A quién le hablás Cacho, estamos solos, podés bañarte que nos espera mamá.
- Hablando de eso, no va que había un guaso que le pregunta a un amigo por cuánto le compraría a su suegra. El amigo sorprendido le respondió: “¿A tu suegra? ¡Por nada!” “Trato hecho”, no va que le responde el culiau.
- je… dale Cacho, bañate que parecés un indio.
- ¿Sobre indios…? Dice que un negro estaba tan mamado en el fuerte que no podía verse la patas. Lo habían puesto de vigía. No va que llama al capitán y le avisa: “Vienen unos 203 indios”. “¿203?”, se sorprendió. No va que el mamao le dice: “Sí, tres adelante y como unos doscientos atrás”.
- je…
- Como ese amigo que era tan despistado que le dijeron que su mujer lo engañaba con su mejor amigo y fue y mató al perro.
- ¿Y qué tiene que ver eso Cacho?
- Dice que en la noche de bodas la hija le pregunta a la madre: “Mamá, ¿me podrías enseñar a mantener satisfecho a mi marido?” No va que la madre le contesta un poco acalorada: “Este… cuando dos personas se quieren… hacen el amor… y es el acto más maravilloso del mundo y...” “No, mamá, ya sé coger... ¡lo que necesito es aprender a cocinar!”
- Cacho la reconcha de tu madre porque no te vas a bañar y me dejás de romper las pelotas, vos y tus chistecitos de mierda.
- Gracias a estos chistecitos de mierda comés vos y los dos inútiles de tus hijos, que no hacen nada en todo el día, y no me baño un carajo, andá vos sola a ver a esa vieja de mierda.
1 comentario:
Pena capital a los humoristas cordobeses!
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