10.8.07

no, no me lo cuentes otra vez

A Aquellos Jóvenes Maravillosos


“Lo que pasa es que ustedes los jóvenes no tienen ideales; nosotros, cuando éramos jóvenes, éramos soñadores, utópicos y poetas locos de ultramar”.

Cuantas veces un sub-30 tiene que escuchar a la generación autodenominada maravillosa imputarse una alcurnia moral que hoy los jóvenes no practican. Pero que falacia tan bonita es esa de gendarmes y fascistas y estudiantes con flequillo, de aquel mayo, de la Praga en que crecían amapolas. Por favor, papá, no me la cuentes otra vez. No quiero un mundo ideal, quiero uno vivible, le diría un chico que le saca tres lustros al bueno de Ismael.

Señores, han fracasado.

Quiero no ser tan injusto para empezar: está claro que al autoimponerse objetivos tan probos e ideales era casi imposible lograrlos. Lo admito. Lo que no admito es que hayan sido tan grossos por haberlo intentando, para más tarde sucumbir ante los placeres del pequeño burqués ilustrado. “Nosotros…” ¿Nosotros quiénes? ¿Galimberti? ¿Felisa Miceli? ¿Analia del Franco? ¿Mariquena Monti? ¿Laura Bush?

Digo, todos los funcionarios de primera línea (y de segunda y tercera) (del gobierno y de la oposición) fueron troskos, de la izquierda peronista, ácratas de bajo consumo, revolucionarios sin norte o simpatizantes de la isla de la dignidad. Y encima que cambiaron su vida 83 grados a la sombra te vienen a decir que ellos eran jóvenes con ideales. Bueno, la enunciación en pasado de ese fracaso generacional es un estigma que debieran recordar para, en vez de vanagloriarse, lamentarse, ocultarlo, barrerlo bajo la alfombra. Deberían juntar firmas para mandar a la guillotina a Bertolucci para que no les siga recordando lo buenas que estaban las minas en los 60.

Porque antes, además, era todo más fácil, las organizaciones allanaban el camino, de repente uno tenía un pulóver indígena, un póster del Che, un sueño húmedo y una libreta sanitaria y decidía que quería se de izquierda y tenía para elegir donde militar: podía meterse en Montoneros, en el ERP, en el EKI línea fundadora, o en la rama femenina de la CNN. Mataron las organizaciones, ni partidos políticos dejaron.

Era más simple, producto de su fracaso -más su soberbia- hoy no existen organizaciones que no sean grupos cristianos o hinchadas de fútbol. Sumado a un nihilismo y un no future galopante, pero no como el no future suyo, un no future de verdad, tenemos como resultado gente sin ideología. Y, tengo malas noticias, diría Dorio, la gente que no tiene ideología no mira programas periodísticos, no se mete en política, no compra el Le Monde Diplomatique, y menos que menos quiere cambiar el mundo.

Vos querés cambiar el mundo, no lo lográs, cambias de idea, te llenás de plata, hacés todo lo contrario que querías, te quejás de los cartoneros, decís que los políticos son todos chorros, te comés un choripán de parado en la cancha de Alumni y después, en una sobremesa con tintos de 30 mangos le decís a tus chicos: “Ja, nosotros…”

Y bueno, el chico te ve, y lo único que quiere es no ser como vos, y eso incluye la parte de tu vida supuestamente idealista y revolucionaria y con pantalones de campana y canciones de rolling y niñas en minifalda.

5 comentarios:

Rocío Ricci dijo...

Imposible acotar, pero sabé que me lo voy a imprimir para repartirlo en mi familia, a ver si se callan la boca de una fuckin´ vez.

caca dijo...

Si las convenciones pueden tomarse como ciertas, este texto fue lo último que hice antes de que el fin de semana comenzara: lo escribí contrarreloj sobre el filo de las 19 horas, apurado, para irme de la oficina –aunque esto no sea una oficina convencional-, sobre el filo de esa frontera social que dice que empiezan esas más de 48 horas para uno.

Esas más de 48 horas culminaron con la lectura de una nota de Ariel Rot en Radar. Pasado lo que dijo Fresán y lo lindo que dijo Calamaro sobre el guitarrista de Los Rodríguez, me adentré en el racconto del tema por tema de su último disco de grandes éxitos, promediando para arriba la lista de tacks Martín Pérez articuló para la canción Después de brindar:

“Quique González es la nueva gran promesa entre los cantautores del rock español, y canta un tema que Rot presentó en su momento como el más triste de su disco Hablando solo. “La letra viene de un viaje con mis padres a Cuba”, explicó entonces. “Mi padre dijo una cosa que se me quedó grabada: ‘A veces, los sueños de los padres son las pesadillas de los hijos’.”

Ariel, o la versión libre de él sobre su padrecerró con más elegancia , para ser coherente con el tono de la nota, lo que yo dije en este post de manera más sanguínea.

Dicho de otra forma: el mérito de poder decir las cosas con tiempo para pensarse permite estas formas de la poesía cotidiana.

Anónimo dijo...

Sos genial Nene, terequetequiero.

Anónimo dijo...

Es cierto que este mundo de mierda es el resultado del fracaso de nuestros viejos.... pero si hubieran ganado que lindo mundo hubiesemos tenidos.

Un boludazo de 32 un poco menos resentido por el destete...

PD: La organizaciones no estaban ahí, ellos las formaban...

Anónimo dijo...

Es cierto que este mundo de mierda es el resultado del fracaso de nuestros viejos.... pero si hubieran ganado que lindo mundo hubiesemos tenidos.

Un boludazo de 32 un poco menos resentido por el destete...

PD: La organizaciones no estaban ahí, ellos las formaban...