31.7.07

sopa y vino

vino y sopa

Lo que vienen a ser las cosas.

Como siempre leo sin entender un pito lo que escribe Miguel Brascó en su columna gastronómica de Veintritrés, más por su prosa única que por sus saberes: muy difícilmente vaya a engramparme un pulpo a la veneciana en el Dique 3 de Puerto Madero con un sauvignon blanc de Rutini y menos me voy a clavar unas centollas a la Tía Sara en el restorán Don Julio de Plaza Mayor de Madrid; esas cosas que recomienda Brascó. Pero me parece un hábil narrador con preponderancia hacia las palabras imposibles sin método, un tipo que maneja los decires como le vienen en gana, siempre con humor. Sucede que voy y leo una máxima de él, que, de tan buena, me la tengo que anotar en mi anotadorcito: La sopa es una abstracción improbable, como la humanidad o la educación pública. Sus columnas son siempre temáticas de un alimento y esta transcurría los mil caminos de la sopa. Ya estaba trabajando en la foto que viene a ilustrar este post. Para empezar, como siempre, a ver qué me disparaban los arbitrarios designios de la diosa internet, puse sopa en Flickr y se me llenó de Mafaldas y Warhols la pantalla, como era de esperar. Elegí Warhol: lo mal que elegí. Ya me avisaba Brascó que debía haber elegido al personaje de Quino en esa misma columna: A un joven sommelier mafaldo le escuché decir hace unos días que con sopa no es correcto servir vino. Una vez más estos jóvenes demuestran su talón de Aquiles: del buen comer no saben jota. Por las dudas me metí en Wikipedia por si algún datito de color de Brascó me servía: me enteré que le propuso a Quino dibujar una tira de historietas que sea una publicidad encubierta para los flamantes electrodomésticos Mansfield: todos los personajes debían empezar con la letra eme. Ahí Quino ideó Mafalda.

Lo que vienen a ser las cosas.

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