Yo les agradezco, por fin, compañeros, todo lo que ustedes han rogado por mi salud. Se los agradezco con el corazón.
Espero que Dios oiga a los humildes de mi Patria, para volver pronto a la lucha y poder seguir peleando con Perón, por ustedes, y con ustedes, por Perón hasta la muerte.
Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria.
Yo sé que Dios está con nosotros, porque está con los humildes y desprecia la soberbia de la oligarquía.
Eva (1919-1952), 17 de octubre de 1951.
2 comentarios:
Muy bueno. Muy pero muy, Nata.
O justamente sí existe... no escuchaste esa parte en la que dice "líbranos de todo mal"?? No fue todo, todo (sobre todo si tenemos en cuenta los '90) pero alguito nos va sacando del camino, no?
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