18.12.06

capeando el temporal


No sé quién había dicho que Sabina no iba a sentirse a gusto en un estadio, pero se equivocó.

Antes de llegar a la Bombonera el calor era sofocante: 40 grados, el 152 repleto, todo el mundo arrojado contra algún soporte, agotados, muertos. El tránsito era lento, casi como clavarse 13 Activias bebibles al hilo. Amenazaba con llover, yo lo deseaba y nunca tuve tanta sed. Me fui acercando al centro del campo, llegué en Ahora, después me quedé un par de canciones más hasta que con Mentiras piadosas no aguanté más. El calor, el cansancio, los años, la ansiedad, el marco, la emoción. Mirar la Bombonera llena era ensimismo impactante: mucha, mucha, gente.

No podía respirar. Pero seguí cantando como loco. Las nubes negaban lo que escondían. Cuando empezó Con la frente marchita me ilusioné con que quisiera el cielo bautizar el suelo con su gota a gota, para darle un marco más nostálgico a lo que nunca jamás había sucedido. No llovió sino hasta un poco más tarde, pero después paró. Y empezaron a sonar algunas canciones más mientras lo inevitable se avecinaba: el Dios de la Tormenta quiso abrir la caja de los truenos. Y tronó.

Antes Sabina le interrumpió los 3 minutos y medio de gloria a Panchito para resignificar la boca, trocarla en La Boca, y decir que era de él: esta Boca es mía. Y lo selló con Dieguitos y Mafaldas, y cuántos se habían tomado el 86 por Laguna para la cancha de Boca. Fue la primera vez que no escuché silbidos con esa canción, el año que Boca fue Bicampeón, en la Bombonera, según volvió a resignificar el señor de bombín y bastón.

El agua empezó a caer con furia después de que los Conductores suicidas se habían conducido a un callejón sin salida. Vi un cocacolero entre la multitud y lo corrí entre la gente: los mejores 5 mangos invertidos en mi vida, qué rica que estaba esa cocarda.

Ahí se largó con todo, ¡pero con todo eh!, no llegué a guardar el vuelto sin que se me mojé hasta el último milímetro de papel. Empezaba a sonar Ruido, quizás la canción más linda de Joaquín. El agua caía desde todas las direcciones a la vez, se armaban remolinos de agua que mojaban, bautismalmente. Era todo un lindo descontrol. Mucho, mucho, ruido. Eso de que ella le pidió al tipo que la llevara al fin del mundo; y él, a cambio, le puso a su nombre todas las olas del mar. Jamás escuché cantar tanto algo, y nunca sentí tanta empatía. Fue mágico. Ahí se acabó todo, pero todo. El agua destruía el escenario, Joaquín dijo que querían seguir pero que no podían, la gente se autocelebraba bajo la lluvia, desenfrenada. No lo podría describir con palabras de este mundo. Se cortó la luz. La gente estaba desesperada, pero feliz.

Fue perfecto, nada podrá igualar esa noche, la noche en la que 35.000 locos, capeando el temporal, salimos a bailar, al ritmo de la lluvia sobre las capotas, el rocanrol de los idiotas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Grossa noche Mati, muy linda...

Además te cuento que cada vez que con Ger nos acordamos que te encontramos en el 29, cuando había otras 32 mil personas tratando de subir a algún colectivo, no podemos parar de reirnos...

nolugareña dijo...

Que suerte que tuviste grachu, yo me quedé una hora esperandolo en la puerta.

Después caminé sin rumbo (con una pollerita de jean y una remerita acorde a los 40 grados de calor), le pedí a unos buenos samaritanos si podía subirme en su auto y que me crucen del otro lado del pileton que se había formado, hicieron chistes sobre la forma en que me iban a "cobrar" el viaje. Me tiraron hasta Independencia, consegui un taxi en una estación de servicio (que fué un oasis en ese momento) y finalmente llegue a la que iba a ser la SUPER FIESTA!!! en la casa de Belén, y habia 10 personas tomando mate, porque nadie podía llegar. Jajaja

Bueno, por suerte lo poco que duró el recital valio mas que la pena.
Lo que podía haber sido el peor momento de mi vida, fué solo una experiencia "loca" después de ver tamaño espectáculo en la cancha de boca.

Che, no se porque no hice un post sobre esto, despues lo hago...

Besos!

Anónimo dijo...

Nolugareña... seguro que Natanael ya te lo contó, pero resulta que cuando me lo encontré en el 29 lo primero que me dijo fue: "Grachu, yo como un tonto me fui a la Puerta 7".
Una ternura el Pesque... intentó encontrarte en medio de ese diluvio universal!!!

wallychoo dijo...

Ruido es uno de los mejores, sin duda, yo pinte el domingo, era una fiesta, confieso que me hubiera gustado la lluvia pero las 3 horas de extasis estuvieron a la altura que esperabamos. Lindo saber que disfrutamos ciertos gustos
Abrazo de JoaquinyFitolehacenFuckyoualaprensaamarilla

Budka dijo...

Sisi. Lo de Ruido entró en el Top Five de momentos más memorables del rock de acá.

Sabía que andabas por ahí pero no te encontré... así estamos.

Abrazo.