29.12.05

inéditos


Apología de mujer con sombrero

Oh, mujer / si supieras lo breve que entraba esa luz / en una casa que se llamaba la noche, / en una casa en la que no había más puertas / que las de la razón de aquel niño sin fe. (…) Oh mujer, / ojalá que contigo se acabe el amor, / ojalá hayas matado mi última hambre, / que el ridículo acaba implacable conmigo / y yo de perro fiel lo transformo en canción. / Oh, mujer / No te culpes, la culpa es un juego de azar / nadie sabe lo malo que puede ser riendo, / y lo cruel que pudiera salir un regalo, / No te asustes del día que va a terminar, / no te asusten los puentes que caigan al mar, / no te asustes de mi carcajada final.

Mujer sin sombrero

Si un funcionario y un poeta / amaran la misma mujer / que nueva implicación / tendría la guerra astuta que padecen, / y en fin, dónde se posaría / la victoria del amor. / El funcionario con funciones, / el poeta cambiando de voz, / los dos haciéndose pedazos contra el temible amor. / Si les pregunto a los presentes / a cual de los dos le van: / los despeinados al poeta / y los peinados al suicidio, / y sólo yo le apuesto todo a la mujer. (…) Cada cual da lo que tiene / unos dan necesidad / y otros regalan las palabras / veremos que dura más. / Hay un amor omnipotente, / hay un amor desesperado, / que descorazona las piedras, / que es más semilla que semilla, / que es más arado que el arado. / Hay amor de amor, de amor, / hay amor como una tumba, / hay amor de laberintos, / más complicados que un sombrero. / Hay el amor cercano a Cristo. / Mi amor no ha sido tan tremendo, / ni tan alto, ni tan bello, ni tan triste, ni tan sabio / ni tan solo, ni tan loco, ni tan todo, ni tan nada, / pero canta...

Balada de las ratas

Me place contemplar, cómo después del fuego / salen a lucir las ratas de salón, / con maquillaje de aguerrido malvivir. / Me place porque sé que todo el verdadero amor, / también les ve. / Me place porque son espuela para la razón. / Me placer ver así, / cómo el hocico se les hincha, / de chillar. / Después de que queda bien la discrepancia, la polémica, opinar. / Me place mucho ver, / cuánto se hunde la ratita en su quehacer, / en su propio pregón, / que hiere como la traición. / No es la primera vez que ocurre, / cuando ha pasado la candela, / siempre hay quien de su hueco surge, / para jurar que se desvela, / Y la bondad y la confianza, / de quien es bueno esperanzado, / le da lugar y semejanza, / mientras descubre los costados. / Y en nombre de mayor pureza, / salen las ratas disfrazadas, / que con paciencia y con destreza, / quieren trocar el agua en baba. / ¿quién no conoce un buen ejemplo?, / ¿quién no ha pasado por sus dientes?, / ¿quién no ha soñado echar del templo a la codicia sonriente? / Me place contemplar, / como una vez y otra vuelven a salir, / las ratas de salón, / que en la limpieza diseñaron el jabón / Me place porque sé que esto le perfecciona el músculo a la fe / Me place porque son espuela para la razón.

3 comentarios:

caca dijo...

Una canción de amor que se mueve
fuera del odio, el miedo, el quizás:
será de amor por si tú me quieres,
será canción por sí tú te vas.

caca dijo...

Un día nuestros fantasmas,
los fantasmas de todo el universo,
van a ajustarle cuentas a la historia.

(...)

El fantasma de un hombre con su perro
rodando sierra abajo
después de cortar palo y rajar tierra,
después de un hijo muerto sin zapatos,
después de mil satélites y fiestas,
después de mil manifiestos sagrados.
Su rostro, su nombre y su apellido
yacen en el olvido.

reinita neurótica dijo...

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Muy poético todo, así da gusto.