30.11.11

Una Ley de Propiedad Intelectual para la Democracia


Las patentes son un invento del mundo desarrollado para defender su saber, y tributárselo
. Lo mismo da un remedio, una idea o el contenido de un libro. Los países subdesarrollados copiamos ese modelo fronteras adentro. Aplicar la patente de ese proteccionismo ajeno no precisa del pago de royalties, no paga copyright, al contrario, se exporta con fervor. Es lo dado, es lo que se estableció, es lo que no se discute. Como país subdesarrollado con inquietudes que somos debemos discutir la validez de las patentes, su función, su origen, y su real valor para las sociedades.

Cuevana y Taringa! son plataformas inventadas por argentinos para esa cosa multiforme, caótica y anárquica llamada internet. Allí habitan seres libres de ataduras legales que inventan cosas y, si funcionan, lucran un poquito, nada para asombrarse (el "se vendió al sistema" corre sólo para las bandas punks).

Uno consume esas plataformas más por comodidad que por una cuestión económica. No es la intención “no pagar” si no más bien no movilizarse hasta un lugar para consumir algo o comprar algo sólido: preferimos que se desvanezca en el aire. La cultura líquida.

Abordar la problemática del consumo de Internet desde categorías de anteayer impide comprender ese proceso mutante que partió al mundo en dos como pocas experiencias en la historia lo hicieron, o ninguna. Una cautelar puede frenar el acceso a una película, una serie, pero no puede frenar la multiplicidad de plataformas y atajos virtuo-legales que los pibes inventan para tirarle el achique a la Justicia: ese cartero que busca alcanzarle una citación a una idea y se la da a una persona física, y cuando le llega a la persona física, la citación, la idea ya se hizo carne en miles de personas físicas, eso que le dicen comunidad.

Fueron por Cuevana, ya hay 5 Cuevanas. Mañana habrá 25. Este post muy bueno de Gustavo Arballo aborda lo legal.

Somos un país subdesarrollado que subsidia su industria cinematográfica porque es la única posibilidad de sobrevida de nuestro cine frente a las grandes centrales del relato cultural: es crucial que el Parlamento nuestro marque agenda mundial discutiendo hoy, ya, qué es la Propiedad Intelectual en el Siglo XXI.


Hernán Casciari
es el autor del proyecto editorial Orsai, la iniciativa cultural que mejor entendió el cambio de paradigma de lo pasado al incierto futuro posible. Ese destino se edita día a día. Hay que tenerlo de asesor en esta discusión que se tiene que venir.

Mientras los antiguos referentes culturales
defienden la industria del libro, Casciari dice que las editoriales le robaron, que las distribuidoras son una mafia, que los intermediarios son una algo así como una lacra, que el sistema privilegia 4 tipos en desmedro de los miles de hacedores culturales. Casciari piensa, y crea cosas, es un hombre de ideas y un hombre de acción. Con 5 Casciari’s más este país mejoraría mucho. Si quieren ver el proceso completo de la revisa Orsai, acá hay un video maravilloso en el que Casciari explica en pocos minutos un proceso cultural, económico, social y, sobre todo, político, que debiera ser seguido por las personas que miran el futuro desde los ojitos de la oportunidad y no desde la desactivación de una sucesión de cepos legales.

Pablo Sirven da como primicia un juicio de HBO a Cuevana para cerrar diciéndonos anarcoburgueses a los que miramos contenidos en la web, cancherando. El planteo es falso. Porque Pablo Sirven mira (como todo el mundo) videos en youtube que reproducen contenidos no producidos por el usuario que lo subió. Si no sería un marciano. Anarcoburgués o Marciano, vos elegís. Mirar un video de Coldplay en youtube está mal, está bien comprar el dvd o esperar que lo pase un canal de música privado de un sistema de cable comercial. Digamos que lo que está bien, lo que se “debería hacer”, es impracticable. Y si algo es impracticable, hay que repensarlo, y si vamos a repensarlo, debemos repensarlo desde los cimientos, no desde cosméticas que reencaminen una industria de 4 millonarios que antes tenían un negocio y ahora buscan otro para seguir siendo 4.

Telefé intentó lo mismo pero reculó desde el sentido común, y desde hoy Turner Argentina impide ver a Lanata en Cuevana. Lo que pareciera ser una buena noticia, no lo es. A Lanata no lo censura el Gobierno, lo censura su empleador. ¡Ataque a la libertad de prensa!

El otro día hablaba con el actor
Daniel Hendler y le conté que había visto Los Paranoicos, y que era una suerte que esté en Cuevana, porque de otra manera no la hubiera visto nunca (ahora no está, no sé por qué). Y me contestó que la habían subido los mismos autores. ¿Entienden los que dicen defender la cultura que defendiendo la industria defienden a la Disney y no al pibe que hace una ópera prima? Creo que sí lo entienden, pero debieran sincerar qué intereses defienden.

Otro ejemplo, en este caso, musical. Los chicos de
Miró y su Fabulosa Orquesta de Juguete me regalaron el disco porque, me dijeron, ellos lo imprimen de fetiche, ya que no venden ni 10. Los regalan, para que la gente los conozca y vaya a verlos y ahí sí se ganen su mango. Entendieron que el “negocio” pasa por otro lado, mientras Metallica y otros millonarios (en buena ley, ojo) no querían perder su statu quo le disparaban a Napster, parece que fue en el mesozoico pero fue hace menos de 10 años. La dinámica del downloading mutó tanto que hoy te bajás discos enteros desde Taringa! en 7 minutos. Con la industria anterior, la de 4 tipos millonarios a costa de la creatividad de miles de músicos, Miró y su Fabulosa Orquesta de Juguete podría haber vendido 300 discos, si alguien los hubiera editado, claro. Hoy ellos deciden compartirlo gratis en Internet y mañana quizás una austríaca con inquietudes se bajará su disco, lo escuchará, le encantará y se llevará a la banda a Innsbruck. Las posibilidades son tan infinitas como buenos sean los artistas e inquietos los receptores del arte en cuestión.

Hay un mundo que llegará y un mundo que fenecerá en el ejercicio de las viejas prácticas, es inexorable.

Como sociedad podemos dar este debate, complejo, nuevo, anarcoburgués, já, pero necesario para entender la complejidad de lo que se viene.
Sancionar leyes que vayan a contramano de los tratados internacionales si hace falta. Los tratados internacionales rubricados para sostener industrias del primer mundo a costa del conocimiento y la libre circulación de los bienes culturales deberían ser tipificados como “forma sutil de colonialismo”. Y esto lo tenemos que motorizar los más jóvenes, he aquí una militancia generacional posible que puede transversalizar incluso los partidos políticos e incluir pibes que no se encuadran en representaciones políticas.

Los 21 Puntos para una Ley de Propiedad Intelectual para la Democracia.

6 comentarios:

MarianoMundo dijo...

Gran nota, Mati. La voy a compartir con un par de compañeros que están involucrados en esto de la propiedad intelectual.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Un grande,Mati, pegando a las vez, a varios dinosaurios de la intelligentzia de izquierda. Por un PJ mundial ya¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Es simplemente..., la misma simploria teoria del adepto del populista-demagogo; que para agradar a su caudillo de turno, quiere hacerse pasar por troglodita, bien ignorante; poniendo para afuera, la mayor cantidad de pedanteria posible ! Tipico de regimenes totalitarios, en que los imbeciles adeptos, quieren hacerse los que son mas extremistas, que el caudillo que los domina ! Y es caracteristico, porque en su superficial vida intelectual, como no consiguen inventar absolutamente nada, pretenden simplemente, robar el fruto de la intelectualidad ajena ! Tipico !

Anónimo dijo...

está muy bueno lo que decis.
Dónde puedo encontrar Kirchnerismo para Armar en pdf?

Isa dijo...

¡¿Vuelve el Emo escribidor?! Dígale sí. Y un saludito al anónimo de arriba, cazador de contradicciones. Somo' todo miyonario', somo'.

Lila dijo...

No es tan lineal este tema Matías.

Fijate que el 90 por ciento de los músicos, (por tomar un ejemplo) pierden plata con los shows, gastan una fortuna para hacer un disco.

Que un millonario detrás de una web "transgresora" regale ese disco que hizo otro, le saca la posibilidad de subsistir a un laburante de la cultura (que no es Madonna ni Shakira).

Un artista no va a la panaderia y se "baja" un pan: lo paga. Y necesita vender sus discos.

Imaginate si te dejaran de pagar un sueldo en la tele, y dependieras, exclusivamente, de tu propiedad intelectual?
eso les pasa a muchos artistas. Y para que? para hacer millonario a dos chetos de que hacen una web afanando el laburo de otros?