Acompañé ayer a mi amigo Ernesto a una charla, en la que fue moderador, sita en la facultad de Exactas, Ciudad Universitaria. Hablaron de sus responsabilidades los presidentes del Invap y del Inti y el ministro Lino Barañao. Podría extenderme sobre la actualidad de la ciencia, con el aula colmada de asistentes, pero para hacerla sencilla repetiré con mis palabras una parábola sobre el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Enrique Martínez, el titular, contó que fue dos veces presidente del Inti, la primera en la década del ochenta, y la segunda desde 2002, hasta hoy. Y resaltó dos variables, la ocupacional y la profesional. La ocupacional tiene que ver con la planta permanente, que era, si no recuerdo mal, de 1.800 en los ochenta. Cuando retomó el Inti tras la crisis del 2001 los empleados eran 1.100. Ahora cuenta con 2.200 empleados. Y aunque dijo que todavía hay necesidad de más trabajadores en su área no hay que ser un genio para entender que hubo una decisión del Estado Nacional en dotar de recursos a estos institutos desde 2003 en adelante (algo similar sucedió con el Invap). Pero tomo el caso del Inti por lo otro, por lo profesional: Martínez explicó con palabras de este mundo -pude entenderlas hasta yo- el giro estratégico del instituto.
Cuando reasumió la dirección del Inti, organismo que entre sus funciones “dicta cursos de capacitación, talleres y seminarios para las diferentes áreas industriales”, el instituto tenía su primera prestación, y casi exclusivo desarrollo, en proporcionarle a Unilever mediciones para estipular la calidad de sus jabones en polvo. Comercialmente era valioso ese trabajo pero no proporcionaba prestigio, el prestigio que tiene que tener un instituto como este para la comunidad. Entonces decidieron no hacer más estos encargos, que bien podían ser hechos en laboratorios privados, sin la cucarda que Unilever se ponía: “garantizado por el Inti”.
Contó, para cerrar la parábola, que sus técnicos desarrollaron un método para bajar el arsénico en agua a medidas avaladas por la Organización Mundial de la Salud. Vienen de capacitar a docentes de 3 escuelas en Chaco y en este mes empiezan a instruir a educadores de otras 22, las que faltan, silenciosamente.
Volviendo a lo profesional y a lo ocupacional entreverado, Martínez señaló que de la planta de laburantes alrededor del 40 por ciento tienen un desempeño ceñido a lo meramente laboral, pero que el restante 60 por ciento tiene adentro el modelo del Inti, que lo vive, que entiende la responsabilidad que significa este Instituto para la sociedad.
Cuando el kirchnerismo se vaya, un día que invariablemente llegará, dejará Estado planta permanente que continuará con un modelo de país nacional y popular, organismos funcionando con gente idónea y comprometida.
Donde el conocimiento no se aplica a las multinacionales sino a los chicos del chaco profundo.
Eso es también lo que les jode, cuanto más kirchnerismo suceda más tiempo les llevará desmontar este Estado incómodo, que día a día, con pequeños pasitos, se reconstruye.
Aquí también la Nación crece.
5 comentarios:
Quedan pocos días para mandar la info. Si tenés audios, videos, imágenes, notas con el Ex Presidente Néstor Kirchner no dejes de pasarlas.
www.facebook.com/yoquieroserparte
Ojalá fuera asi, lamentablemente lo que se construye en decadas el neoliberalismo lo destruye en 2 o 3 años.Espero que no vuelva a suceder o que como contrapartida haya luchas incansables, de esas que los hagan desistir de sus destrucciones..
Sí, Mauri, tenés razón, pero preferirían no tener que hacerlo. Y ahora van a tener que hacerlo de vuelta, y esperemos que como decís haya resitencia.
A propósito, te salió competencia:
http://bit.ly/iuTEEm
Una aclaración como trabajador del INTI. El gran crecimiento de los trabajadores en los últimos años se dio en base a un sistema de contratación y no de aumento de la planta permanente, que está estancada hace varios años. Si bien los contratados ganamos lo mismo que la planta y en general es bastante similar todo, a la hora de la jubilación hay una importante diferencia y sobre todo el contrato no es algo muy estable, por lo qué el día que no haya más Kirchnerismo si todavía no somos planta tranquilamente podrían borrar a unos cuantos.
Por otro lado en los 90 se impuso una lógica de que cada laboratorio tenía que generar sus propios recursos, de ahí que muchos se convirtieran en mercaditos de ensayos para las distintas ramas de la industria. Los ensayos son necesarios, pero como bien decías en el post, no es algo que le aporte demasiado al instituto. Es cierto que en los últimos años la tendencia pareció cambiar, en el sentido de que se ven más trabajos de desarrollo, pero la lógica de que el laboratorio que genera más guita contrata más gente y tiene más poder no se si cambió tanto. Por cierto, los sueldos de los contratados se pagan con los recursos del INTI, o sea, con la plata de los laburos que se hacen para las empresas.
Yendo a los aspectos positivos además del aumento de la cantidad de trabajadores en los últimos años se puso mucha guita en compra de equipos y construcción de edificios y laboratorios. Para muchos ahí adentro pareciera que es como algo que cae del cielo, pero acá coincido en el cambio estratégico del gobierno que permitió todas estas inversiones.
En fin, coincido en general con la visión que contabas, pero quería aclarar algunos aspectos que deberían mejorar.
Buenísima tu aclaración.
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