9.2.11

sodoma, una historia

Curioso destino el de Lot, de ser recordado por haber sido el marido de la mujer de. De su mujer. Que a su vez es recordada por, primero, ser la mujer de Lot y, segundo, por convertirse en estatua de sal.


Con apellidos, la historia hubiese sido más benévola con Lot y su mujer.


Pero la historia de Lot se remonta a su vez a ser el sobrino de Abraham. Nepotismo.


Abraham, ese profeta total, que comparte credo entre musulmanes, judíos y católicos.


La historia es por toda conocida, Sodoma y Gomorra eran un bardo y Dios primero se cansó, intentó operar ahí, y como no pudo hacer nada hizo arder la ciudad con fuego y azufre, dilemas de la ausencia de la invención de la pólvora y la energía nuclear.


Todo en el antiguo testamento es “diálogo y consenso”.


Volvamos: Putas, drogas, homosexualidad, sexo, chupi, faso: Sodoma y Gomorra.


Entonces Dios, que en ese momento era recontra presencial, nada de ese invento moderno de la omnisciencia, mandó a Lot, sobrino de Abraham, de interventor a Sodoma, a ver si podía arreglar las cosas.


Lot le contó que estaba todo bien “Yahvé, dejame laburar esto un tiempo” y Dios le dijo “okey, pero juntame 50 justos”, y Lot le junto 10, y cerraron ahí. Regatearon.


Entonces Dios le mandó 2 arcángeles hermosos a dormir a la casa de Lot. La versión oficial dice que “iban a rescatarlo”, pero los nenes eran una manteca. Y Lot, que ya bastante tenía con ese quilombo de regentear Sodoma, otra que la Bonaerense, refunfuñó sonoramente.


Los sodomitas se le apilaron en la puerta para pasar por la piedra a los arcángeles, tal su belleza, pero con los peores modales del mundo. No existía aún Eugenia de Chikoff, ni los antecedentes de sus mentoras. Problemón.


A Lot no se le ocurre mejor idea que salir a la calle, cerrar la puerta tras de sí, y decirle a la muchachada encendida: “Muchachos, los arcángeles están a punto caramelo pero si se los cogen voy a tener problemas con el de arriba”, señalando el cielo, exagerando calle.


Los sodomitas, que por algo se llamaban sodomitas, no arreglaron trato y al grito de “tregá l´arcángel la puta que lo parió”, forzaron las celosías de Lot.


Muerto de miedo, a Lot no se le ocurrió otra que proponer “tengo dos nenas vírgenes, con olor a pis”, y ante el impase expectante de los sodomitas, sereno, agregó: “Dejo que le hagan cualquiera, a cambio de que a los arcángeles me los dejen salir caminando”.


Los sodomitas -que eran altos bufarras- no cedieron a la tentadora propuesta de Lot y siguieron forzando la puerta, ya jugados, por esos dos muñecos de catálogo. Si antes agregar una enseñanza política: “¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez!”.


Habrase visto, lo que tenían de sodomitas lo tenían de sabios.


La cosa es que, lógico, Dios, que estaba por ahí, se calentó, y le dijo a Lot “tomatelá con tu jermu y las pibas que quemo todo, pero –hizo un silencio, y agrego innecesariamente cruel- que nadie mire para atrás porque son sal”.


Y corrieron hasta que la mujer de Lot dudó, miró para atrás, se convirtió en la pesadilla de los hipertensos, y sin comerla ni beberla cagó fuego también Gomorra y dos pueblitos de por ahí llamados Adma y Zeboim, los grandes olvidados de la historia, porque no rimaban consonantemente.


Obviamente, como cualquier persona que teme por su seguridad y la de los de los suyos, Lot terminó sus días cagado de miedo, con su descendencia, en una cueva.


Probablemente allí nació el incesto, algo que los sodomitas no lograron inventar por falta de tiempo.


La historia es tal cual como les cuento, al menos, eso dice la Biblia. Sólo actualicé los diálogos e imagine un final.



5 comentarios:

Imaga dijo...

brillant!

Matías dijo...

¡Fantástico! Quitas varios metros (?) a mi falta de entusiasmo por ponerme a leer, alguna vez, Actualización Política y Doctrinaria para la Toma del Paraíso a.k.a. "Biblia". Si tan solo pudieras editar una versión con comentarios, che.

Tomás dijo...

Brillante.

Billii dijo...

muy bueno ajjaja

La Maga dijo...

Excelente!
En el esplendor de toda mi ateitud (?) agradezco esta historia, que no hubiera conocido de ninguna otra manera. Saludos!