28.9.09

es la vida que me alcanza, aunque corra

Cuando desperté, supe que estaba en un colectivo y que no tenía idea dónde estaba. Más tarde supe que me había quedado dormido y que estaba bajando por Santa Fe. La realidad cuando viene de golpe no asume jerarquías. La categorización de las prioridades las da uno con mayor o menor rapidez a partir de analizar dos o tres verdades yuxtapuestas que de golpe se hacen vigilia. Era sábado, supe, y tenía que bajarme del colectivo. No era muy tarde, apenas las ocho de la noche, y volvía de un cumpleaños en función vermouth. No recordaba cuál era el colectivo que había tomado y aún no lo sé. Estaba a una cuadra de Callao. El colectivo lo tomé en Montecastro. Estaba oscureciendo y no tenía ganas de esperar parado y me subí el primer bondi que llegó en dirección al centro. Al bajar, escuché un repique metálico. Alguna vez leí que los aplausos en los espectáculos empiezan en desorden pero a medida que se suceden los compases se impone que las manos unifiquen su tempo musical. Lo que en principio surge como un batifondo anárquico pasados unos segundos se transforma en un concierto amable. El batuque sonaba a ordenado reclamo, a una chilinga de fierro. Enfocando a la distancia y aún alienado supe que era un triste cacerolazo, quince gatos locos cortando una mano de Callao. Si no hubiera tenido tantas ganas de mear habría ido a mezclarme para sacar alguna conclusión. Preferí interrumpir una conversación entre un policía y un comerciante “oficial, tendría que llevarse detenida a esa gente, no corresponde que por el reclamo válido de unos pocos se vea condicionado el derecho a la circulación de la mayoría”. Después hice pis contra un portal de madera del Pellegrini y me retiré argumentando positivamente la importancia de la verticalidad mientras el meo encontraba ochabas por donde pasar entre el embaldozamiento. Me compré la Para ti y bajé al subte.

5 comentarios:

Sergio De Piero dijo...

El problema es que como eran 10 gatos locos, no alcanzaba para declarase "zona de caos en Santa Fe y Callao"

Carlos Tofla dijo...

Emo, ¿no aguantaste hasta mear en el colegio privado que está a la vuelta del Pelle?. Habría sido una imagen más significativa con el resto del relato!!!
Un abrazo.
Ct.

Verboamérica dijo...

Es la versión posmo de Balada para un loco... en vez de ir la luna rodando por Callao va usted, Emo!

Ahora entriendo lo desorden y progreso. Coltrolesé, Montonero Emo! Gracias por la cita, felicitaciones por el blog!

El Marquesito dijo...

me gusta el estilo, me parecía que me estaba pasando mientras lo leía. Bien, da gusto.

Matías dijo...

"mientras el meo encontraba ochabas por donde pasar entre el embaldozamiento." Me hizo acordar a Arlt. Está muy bueno, che.

Saludos.