De corazón, tripas

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Miré el televisor a la pasada en el restorán, iban más o menos 20 minutos del segundo tiempo y Gimnasia seguía 0 a 0 con Atlético Rafaela. Me fui convencido de su fatal destino descencial, sopesando la tristeza del pueblo tripero ante la posibilidad cierta de que Estudiantes se consagre como el mejor equipo de América –quizás del Mundo- mientras su clásico rival, como contrapartida, pierde la categoría a nivel nacional. Otra que el 7 a 0. Y además el 7 a 0. Grata sorpresa me llevé cuando viendo los minutos finales del otro partido de la Promoción Fabbri y Nelson -entre queja y queja- dijeron que con ese resultado (1 a 1) los dos equipos de primera división mantenían la categoría. “Gimnasia metió 3 goles en menos de 25 minutos”, pensé, para alegría de Nano y Siri.

Mientras tanto, Fabbri y Nelson seguían quejándose de la ventaja deportiva, de los inadaptados de siempre, del arbitraje, del calor, de la falta de seguridad jurídica, de la concepción batallística de fútbol, de Moreno, de lo mal que se juega. Muchachos, hay gente que todavía le gusta el fútbol, si para ustedes es un pesadelo cumplir con el excelentemente remunerado trabajo hermoso que hacen, renuncien, pero no trasmitan tanto malestar. Señor montonero Walter Nelson Castro, renuncie; señor montonero Alejandro Gringo Fabbri, re-nun-cie. Les recuerdo que Central se estaba por ir al descenso, pedirle que juegue bien es casi un imposible, sino no estarían en esa situación. Dedos de frente. Mirén lo lindo que es el fútbol.