1. little earthquakes: bailamos en cementerios

Tori imitando a Cindy Lauper junto al grupo Bravo, sin Cae.

Hola, amigos, hoy comenzamos a repasar el frondoso legado musical de Myra Ellen Amos, Tori para los amigos, quien a sus 44 añitos de edad continúa en el candelero de los más ponderado de la música pop interplanetaria gracias a sus dotes de pianista, su angustiante apuesta vocal y a un grupito de canciones ya eternas.

Antes que nada quisiera agradecer a todos los que me impulsaron a tomar el toro por las astas en este peliagudo tema, sin interés aparente, y decirles que los quiero mucho y que espero que les vaya regio en todo lo que emprendan este año.

Los posts serán largos y este en particular lo será aún más porque esta hija de un papá pastor y una mamá descendiente de indios cherokees, nacida en Newton, South Carolina, amerita una presentación para los iniciados, los ascetas y los perimidos. Pero especialmente porque este disco, Little Eartquakes que nos ocupa tiene un pasado que merece tocarse cuanto más no sea por encima, como esas cosas que uno toca por encima cuando en realidad quiere ir al grano.

A los 5 añitos de edad Tori entra al conservatorio Peabody; la echan a los 11. Se anotó así dos récords: haber sido la que más temprano entró y haber sido la que más temprano echaron del mencionado establecimiento educativo con nombre de nevera. ¿Por qué la echaron? Porque se negó a leer partituras, como cualquier persona de 11 años hubiera hecho, así que le dijeron “Tenga a bien tomar sus petates, señorita, y retirarse de esta honorable casa de altos estudios musicales”. Y se fue nomás.

Para 1980 armó una bandita con amigotes y le puso “Y Kant Tori Read”, que es un truquete sajón de palabras que quiere decir “Por qué Tori no sabe leer [partituras]”. Dijo sobre YKTR: Es un disco muy de su época, reeditarlo ahora causaría confusión. Es como si yo me encontrara ahora con un antiguo novio y tuviera sexo con él, con alguien que conocí a los 23. No voy a esconder lo que hice, y si puedes encontrar fotografías que lo prueben, ya sabes... pero no voy a hacerlo de nuevo.

Le fue realmente muy mal con su primer disco, de nombre homónimo, YKTR, que salió en 1988. Así que los que lo compraron pueden venderlo en eBay a 60 dólares al día de la fecha, o guardarlo como un gallardete al seguidor más acabado de Tori Amos, amén. Por lo que saltemos vertiginosamente a 1992, que es lo que nos ocupa: Little Earthquakes.

Tapa del disco "Pequeños terremotos", muy hermosa por cierto. Bajate el disco acá.

La compañera Tori Amos se independiza de su banda y saca el disco que revoluciona la música pop, por diversas razones. La más importante: hasta ese entonces no había mujeres compositoras de su generación que cantaran desde la sinceridad su rol en la sociedad. Y ella lo hizo, y le fue más o menos bien para lo que es el mercado de la música norteamericana. Nunca fue una artista popular en el sentido de ser súper vendedora de discos. Pero, en cambio, inspiró a gente como Alanis Morissette, Fiona Apple y Shakira, a las que le fue tanto mejor. Antes de un lapsus, agrego que Tori es pianista y que este disco, LE, es el único en su carrera que está sola con el piano –más algunos violines en muy pocos temas-, es el piano, ella, y algunos coros, de ella misma, en tonos más altos, como si Tori fuese un coro gospel completo, pero en vez de ser negra es colorada como una irlandesa. De hecho es una irlandesa hecha y derecha esta chica.

Lapsus autorreferencial. Me trasporto a alguno de esos años –que no puedo precisar con exactitud, pero pongamoslé 1994, por poner algo-. Musimundo te permitía comprar un disco y cambiarlo sin problemas. Se estilaba comprar alguna cosa para probar qué onda y después cambiarla por otra cosa que ya querías tener. En esa época no existía ni el eMule ni el RapidShare. Un amigo había leído en los primeros internés, the dial-up years, que Alanis tenía como ídola pagana a Tori. Nos gustaba muchísimo Alanis (a quién no). Ya está, fue 1995 porque ese año salió Jagged Little Pill. La cosa es que se compró Little Earthquakes y no le había gustado y estaba por devolverlo. Le dije, lo recuerdo bien, “Ey, Macho, ¿me lo prestás hasta el viernes?”. El sábado era la fecha límite para el trueque melómano. Me lo cedió, desinteresadamente, y lo escuché 5 veces. O 4. Tenía un casete de 90 y, a la vez, otro disco para grabar que me habían prestado: Física y Química de Sabina. Así que resolví hacer cualquier cosa. Grabé un tema de Tori y uno de Joaquín, uno y otro, así hasta terminar los dos lados. Resultado: menos mal que hice eso porque sino seguramente no hubiera escuchado nunca más a Tori. Pero como ese disco tenía Peor para el sol y A la orilla de la chimenea y otros lindos temas del español, me fui amigando de la Sonoridad Amos hasta que los temas me terminaron entrando. Porque hay que decirlo, no es fácil ingresar al mundo de Tori. Pero una vez que entrás, como a un laberinto bien diseñado, difícil es salirse con facilidad de ella, valga la anticontradicción.

Sigamos. Como habrán descubierto, no tuve todos los temas, no tuve el disco, sólo me entraron algunos temas (era un casete de 90). Recuerdo que grabé Crucify, Winter, China, Me and a gun y alguno más.

China, Winter y Crucify, junto a Me and a Gun y Silent of These Years, los cortes.

En esa época estaba casi gratis (5 pesos) un compilado que se llamaba Whata Hits, que incluía Crucify, por lo que siempre pensé que ese tema había sido el primer corte del disco, pero no lo era, ni lo había sido. Y habrá que decir de una vez que Crucify es un tema feo, que suena a viejo, y que no tiene nada que ver con Tori Amos: es un corte comercial forzado de algo que ella nunca fue. Me suena a que la discográfica metió mano. Sin embargo tiene una gran frase: [I've] Got enough guilt to start my own religion (Tengo la culpa suficiente como para fundar mi propia religión). Y Bueno, de eso se trata la primera Tori, una mujer atribulada exorcizando su educación religiosa mediante el desgarrado canto y su fiel compañero Piano Triste. Casi como en la foto de la tapa del disco, que habla por sí sola.

El primer corte en realidad fue Me and a gun, tema bisagra de la orbe globalizada del mercado discográfico (?). La compañera Tori Amos relata a capella una violación que sufrió en un descampado años atrás, con una franqueza inédita hasta entonces. Sin embargo a este hit single, como era de esperar, no le fue tan bien en los charts. Una canción triste y a capella sobre una violación no es algo que quieran escuchar los post-adolescentes en las radios universitarias de los Estados Unidos de Norteamérica. Tengo un tanque de gasolina lleno / y unas papitas fritas / Éramos yo, una pistola / y un hombre encima de mí / y canté: “Santo, Santo” / mientras se desabotonaba el pantalón. Por suerte este disco tenía además 10 canciones, algunas tremendamente hermosas, que le iban a acarrear mayor suerte a nuestra heroína en jefe.

La cosa es que sale el segundo corte, Silent Of These Years, que parece ser que sí la pegó como loco y se hizo famosa y vendió un par de cientos de miles de elepés y toda la progenie Amos se salvó para toda la cosecha. Cuando compré este disco, muchos años después, en Tower Records (lugar del que hablaré más adelante), tenía una etiqueta que decía “Incluye el tema Silent Of These Years, éxito en x TV Show”. Lo que me parecía raro porque yo tenía, ya dije, algunas canciones y esta, casualmente, no, lo que tempranamente dio por tierra con mi sueño de ser gerente artístico de una compañía discográfica. Grabé canciones que no fueron hits y obvié el #27 del ranking de la Billbord de aquellos años. Tuvo muy pocos éxitos comerciales Tori, a decir verdad. Un par de números unos en categorías muy segmentadas como Hot Dance Music/Club Play y no mucho más. Hablaremos de eso a su debido tiempo. Es más, en el disco que viene tenemos su único #1. Sigamos.

Ese disco tiene 2 o 3 canciones insuperables y un puñado de canciones que acompañan. Para mi es su tercer mejor disco. Para los lectores de la influyente y especializada revista Q británica es el disco #66 de la historia. A comerla. Del puñado de canciones que acompañan (Leather;Girl) no vamos a hablar porque da para mucho y será largo y tedioso. Ya lo es. (Si Usted llegó hasta acá le agradezco infinitamente por su tesón y su empeño sin parangón en la cultura del fast-post). Hablaremos entonces sólo de Winter y de China y si quiero de alguna otra canción más, porque soy guapo, y porque aún no lo decidí y esto es el Emirato de Inprocess. No es algo pensado y elaborado y chequeado y editado, como se habrán dado cuenta, sino todo lo contrario.

Empecemos por China. Junto con Winter valen el disco. Son dos canciones tan profundamente hermosas que deberían iniciar acciones legales los artistas del mundo porque son el equivalente a lo que es el dumping en las finanzas.

China es una canción de desamor, la construcción de un diálogo acerca del desenlace del amor, un amor ya agrietado, que no tiene reparación posible, porque chaina en inglés también significa porcelana, y juega con ese doble significado de la palabra. Y digo conversación porque como es su estilo ella introduce indirectamente textuales de otros. Dice un otro, you say we'll take a holiday but we never can agree on where to go, que en mi chapucero inglés traduzco como, decís que podemos tomarnos unas vacaciones pero nunca vamos a ponernos de acuerdo adónde ir. Bueno, Tori recrea el momento final de la relación amorosa y nos deja una de las mejores frases de la música contemporánea, a saber: In your eyes I saw a future together / you just look away in the distance, que reduzco a En tus ojos vi un futuro compartido pero vos sólo mirás a la distancia.

Y ahora nos metemos en El Tema del Invierno, porque si existe esa rara especialización musical llamada El Tema del Verano, porque no vamos a impulsar El Tema del Invierno entre los desposeídos, para pasarla mal frente a un hogar mal prendido en una casa de montaña de un complejo de ski venido a menos sin el abrigo suficiente, algo así como Chapelco. Y qué mejor que llamar Winter al tema del invierno, aunque redundante. Winter es una de las canciones más esperanzadoramente descorazonadas que se han escrito. Por lo que puede desentrañar en mi humildísimo inglés es una canción que mezcla el recuerdo del padre en invierno cuando fue feliz y creía en los cuentos de hadas que terminaban bien, mechado con, cuando no, un desengaño amoroso. Es ella, hermosa, el mejor piano posible, y un estribillo insuperable.

El recuerdo de su padre le rebota en su cabeza: tenés que aprender a mantenerte en pie por vos misma por que yo no puedo estar siempre para cuidarte. Excelente. Y, en el mezcladito, su hombre le pregunta a ella: ¿Cuándo vas a amarte tanto como yo te amo? ¿Cuándo te vas a decidir? Porque las cosas van a cambiar muy rápido. Todos los caballos blancos están aún en la cama. Te digo que siempre te quiero cerca. Vos decís que las cosas cambian, mi amor.

A modo de buffet froid, un último comentario. Junto con Head Over Feet de Alanis y Torn de Natalie Imbruglia nunca quise morder unos labios tan arrebatadamente como a Tori en el video de Winter. Jovencísima, triste, peticionante, carita amorosa, casi arrepentida.

Si tenés dudas acerca de tu sexualidad mirá este video.
Si sos hombre y no te gusta puede que seas gay.
Si en cambio sos mujer y te gusta, sos gay.