- Estuve reacomodando algunos cedés en mis ratos libres –que fueron muchos en estas vacaciones, los ratos libres no los cedés- y redescubrí algunos -cedés, no ratos libres-. Y apareció por el milagro del rediseño temático por sobre la maraña, bien a la visa, Tercer mundo. Ese disco me retrotrae a mi más inocente adolescencia. Recuerdo que el casete en su momento venía con la llamada Incluye: Hazte fama; nunca entendí por qué se vendía ese tema ya que nunca había sido ni hit ni cortina de serie televisiva ni de película de autor. Y Fito tiene sida y toma anfetaminas. Lo cierto es que B.Ode y Evelyn era para mí la canción romántica por excelencia por aquellos días tempranos y reescucharla habiéndola borrado de mi memoria tanto tiempo fue bastante mágico, había tomado un fernet y también eso ayudó. Ese disco tiene todo lo que hace amar y odiar a Fito Paez. En líneas generales no me gusta; me gusta mucho Circo beat, lo que pasa que después del amor después del amor cualquier cosa que hubiera hecho hubiese sido igualmente despreciada, creo, pero tiene tres canciones bonitísimas: Normal I; las tardes de sol, Las noches del agua (elogiada por el mismísimo Elvis Costello hace poco); y Si Disney despertase.
- Estuve linkeando de a uno en mil por dentro de Imdb, esa base de datos de cine completísima, y caí en Love Actually, y me sigo sorprendiendo con esa película. ¡Cuántos actores! Todo viene a cuento de que vi el afiche de Piratas del Caribe y vi que la chica me hacía acordar a la muchacha que es novia del mejor amigo del muchacho enamorado de ella. Quién la vio, me entenderá, quien no, véala hoy mismo. Y era ella, claro, qué hermosa mujer, qué linda escena la de los villancicos, más por la sonrisa perfecta de ella que por la ocurrente idea de nuestro loser favorito. Seguí surfeando de protagonista en protagonista y vi que el diseñador bonito que se quiere comer Laura Linney es brasileño, y "era obvio, tonto, cómo no te diste cuenta antes", pensé. Se llama Rodrigo Santoro y es oriundo de Petrópolis, quiero pasar unos días en ese sitio antes de morir. Y después me vengo a enterar que es uno de los dos brasileños que cierran el último capítulo de Lost. Mira vos. Y finalmente me entero que está en preproducción una película en la que él hará de Gardel, y en la que actuará Shakira. Al horno.
- Salió un nuevo disco del artista vivo más importante del Río de la Plata, eufemismo usado para cuando el artista es uruguayo y es mejor que los nuestros: Jaime Roos. Cómo quiero a este señor. Con esos bigotes de yuta en actividad y esa campera sempiterna de cuero de yuta de civil. Tiene sólo 10 canciones. Qué hermoso. Está la versión suya del tema que grabara Adriana Varela en Cuando el río suena, De la canillla. Es fundamental para las almas sensibles colarse de vez en cuando la opereta charrúa La Margarita, que cuenta el enamoramiento montevideano de niño dulce y muchacha tímida hasta su infeliz final feliz. Un verdadero folletín musical por entregas. Y sino hay tanto tiempo, te colás una Colombina en ayunas, que es la misma historia, pero acortada un poco, reducida a formato canción, o mejor dicho cuando Siguió el corso de Francisco García Jiménez del otro lado del charco a manos del señor del nombre más feo y el apellido mejor.
Esa Colombina puso en sus ojeras humo de la hoguera de su corazón... Aquella marquesa de la risa loca se pintó la boca por besar a un clown. Cruza del palco hasta el coche la serpentina nerviosa y fina; como un pintoresco broche sobre la noche del Carnaval. Decime quién sos vos, decime dónde vas, alegre mascarita que me gritas al pasar: "-¿Qué hacés? ¿Me conocés? Adiós... Adiós... Adiós... ¡Yo soy la misteriosa mujercita que buscás!" -¡Sacate el antifaz! ¡Te quiero conocer! Tus ojos, por el corso, va buscando mi ansiedad. ¡Tu risa me hace mal! Mostrate como sos. ¡Detrás de tus desvíos todo el año es Carnaval! Con sonora burla truena la corneta de una pizpireta dama de organdí. Y entre grito y risa, linda maragata, jura que la mata la pasión por mí. Bajo los chuscos carteles pasan los fieles del dios jocundo y le va prendiendo al mundo sus cascabeles el Carnaval.
En el tumulto de los Húsares de Momo, encandilado por las luces de otro barrio, aquel murguista saludando con su gorro, se despedía como siempre del tablado. Entre la nube de pintados chiquilines vio la sonrisa que enviaba una princesa. Entre los rostros de mezclados colorines dudó si era para él la gentileza. Y por si acaso dedicó una reverencia a la muchacha que en la noche se quedaba. En el momento de partir la bañadera volando un beso se posaba en su ventana. Y paso a paso la ansiedad lo malhería. Quedaba poco del nocturno itinerario. Uno tras otro los cuplés se sucedían. Se retiraban del último escenario. Tiró el disfraz en el respaldo del asiento. Borró los restos de pintura con su mano. Volando un tacho lo llevaba contra el viento, la vio justito a la salida del tablado. "Cómo te va", dijo el murguista a la muchacha, que lo cortó con su mirada indiferente. Le dijo "Bien" y lo dejó como si nada. Nuevamente... la princesa... se perdía entre la gente. Que no se apague nunca el eco de los bombos. Que no se lleven los muñecos del tablado. Quiero vivir en el reinado del Dios Momo. Quiero ser húsar de su ejército endiablado. Que no se apaguen las bombitas amarillas. Que no se vaya nunca más la retirada. Quiero cantarle una canción a Colombina. Quiero llevarme su sonrisa dibujada.
2 comentarios:
A mi tercer mundo me gusta. No sabía que Costello conocía a Fito. La otra vez Jaime Ross fue al programa de la LEGRAND y la hija de puta le decía Jaime Torres. No hay derecho. Saludos-.
Y yo escribi Jaime RoSS. No hay derecho otra vez.
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