23.8.06

#10 + árboles












Bueno, varias cosas. Ya está en la calle, o estaba, porque vuelan ¿vieron? Bipolar. La número 10. Linda tapa y linda contratapa. Recomendadas especialmente las notas de Alan Pauls por el compañero oriental Federico y la más que interesante entrevista Bipolar a Claudia Puyó, que destila historias de rock ochentoso vernáculo, by Milena –la que espera el hijo de Marcos-. A mi me tocó en suerte entrevistar a un loco lindo en el más amplio sentido de las palabras: Mariano Cabrera, coleccionista retro y actor. Creo que salió más o menos bien. Verán si son un poquitín curiosos que hubo una pequeña revolución estética más afín con la necesidad que con la urgencia, pero, así las cosas, a la final me parece que el cambio resultó para mejor.

En Serpro hay una Página 4 a estrenar, digna, con un hallazgo: una figurita de Flo -la menor de las Chancles; hasta que apareció la Cherri- aún en Clave de sol; sí, estuvo por ahí. Si no se interesaron por esta perla, a Uds. no les interesa mi libro de pegatinas y, por ende, la felicidad.

He dicho.

En otro orden de cosas quiero hacer un pequeñísimo comentario sobre los árboles.












A pesar que la naturaleza casi en su totalidad para mí es cuasi completamente prescindible quiero destacar la importante y jerarquizada labor y ausencia que representan en las ciudades nuestros árboles. En el gris cemento, que Mosca de Dos minutos se encargara de describir para la posteridad, se descubre el miedo del hombre a desterrar los árboles; eso es atendibilísimo. ¿Por qué en las veredas cada veinte metros –metro más; metro menos- la ciudadanía toda se empeña en dedicar receptáculos cuadrangulares para que estos bestias –los árboles- se despatarren rizomaticamente suelo abajo y una vez al año se desfloren y una vez al año se pongan lindos, siempre elegantes -no hay nada más elegante que un lindo árbol alzado en otoño- sin que nosotros, los hombres, siquiera pensáramos por qué están ahí?

Digo, en resumen, no entiendo cómo en una de las glaciaciones modernas estilísticas no se encontró aunar personalidades que insten al irreversible exilio de los árboles de las ciudades o, al menos, cómo no hubo siquiera un conjunto de profesionales multidisciplinarios sentados a debatir qué hacer con ellos de una buena vez. Dejarlos ahí sin reprensarlos es un error occidental. Podemos dejarlos, pero pensémoslos.

¿Alguien piensa de vez en cuando sobre la existencia de los árboles en la ciudad? Yo el lunes los miré otoñales y me di cuenta que son bonitos y que sin ellos quizás la naturaleza me interese. Es decir, si las ciudades no tuviesen árboles entendería la necesidad de los campings. Por ahora, con los árboles cosmopolitas me las arreglo.

Y los edificios. Que son tan lindos, especialmente los de tres, cuatro pisos de corte “principios de siglo” –no sé la terminología- que –valga la redundancia- se edifican en los barrios centenarios de nuestra hermosa Ciudad de Buenos Aires.

He dicho.



2 comentarios:

Martín Zariello dijo...

Increible (este teclado no tiene acentos) acabo de poner unas palabras en el blog y la ultima frase fue "He dicho". Creo que el "He dicho" marca tendencia. Me voy al blog de Bipolar a leer la nota de Pauls. Saludos-

nolugareña dijo...

1) Lisandro Aristimuño tiene puesta mi bufanda, al igual que el cocinero de Danette, al igual que Martin que me "la hizo" muy sutilmente.


2)Siempre pienso los arboles. Y me asombra como los subestiman. Te diste cuenta que le ponen un cuadradito re-chiquito? y ellos siempre se desacatan contra cualquier mentalidad de ingenioro u arquitecto y despatarran pa todos lados sus raices haciendo levantar cuanta baldosa puedan. Hacen justicia, creo yo. Estan queriendo decir que ellos se merecen mas que ese cuadradito tilingo (como gusta decir Corvino)
Martin me conto que se pelio con una profesora que le decia que los arboles no se mueven. Claro que se mueven! Mira sino el arbol de al lado de casa, lo conocemos desde que era una ramita fragil y vulnerable... y hoy es un señor ARBOL, que recibe muy contento nuestra basura, se entretiene dejando hojas secas para tapar el desague del balcon y protege del sol a cada auto que quiera hacer uso de su sombra. Te queremos arbol, arriba esas ramas!